Entre las cuestiones por las que se recordará la alcaldía de Ada Colau en Barcelona, destaca la problemática de inseguridad enquistada en la capital catalana. La ciudad suma años azotada por los delitos, lo que no pasa por alto a los barceloneses, quienes mantienen la falta de seguridad como su preocupación crónica.

Ciutat Vella forma parte de los distritos más castigados por esta cuestión, con zonas consideradas como puntos calientes por su elevada conflictividad. Uno de ellos son los jardines del Pou de la Figuera, y más concretamente su plaza conocida como el forat de la vergonya, todo un foco de delincuencia.

Para afrontar esta problemática, el gobierno municipal ha optado por confeccionar una estrategia centrada en la "mediación" y la "dinamización cultural" acorde a la línea de actuación de los comunes en la ciudad.

PLANIFICACIÓN

Bautizado como Plan de acción del Pou de la Figuera, la iniciativa marca como "objetivo general la mejora de la vivencia cotidiana de este entorno", según se desprende de un informe técnico municipal.

Dispositivo de los Mossos d'Esquadra tras un tiroteo en el Pou de la Figuera / METRÓPOLI

El escrito destaca que la planificación busca "promover el sentimiento de pertenencia, la vinculación vecinal en la plaza y la diversificación de usos de este espacio desde una perspectiva de género, intercultural, de diversidad funcional y de ciclo vital, generando nuevas oportunidades para los colectivos más vulnerabilizados".

OBJETIVOS Y LÍNEAS DE TRABAJO

Entre los objetivos marcados en este plan, destacan “potenciar los itinerarios formativos y ocupacionales de los jóvenes, promover la ocupación de las plantas bajas con actividades económicas y sociales, apoyar la actividad económica existente, dinamizar el uso del espacio, mejorar las condiciones de seguridad con mediación comunitaria y mejorar la comunicación entre las entidades y con el vecindario para la realización de actividades en el espacio”.

La planificación municipal prevé cuatro líneas de trabajo diferenciadas: dinamización de la actividad económica, generación de nuevos usos y dinámicas en el espacio público, mejora del entorno físico de la plaza, y comunicación y red de relación entre los diferentes agentes de la zona.

DINAMIZACIÓN CULTURAL

El Plan de acción del Pou de la Figuera está articulado en dos ejes principales. El primero de ellos es el relativo a la "dinamización cultural", que hace referencia al "acompañamiento, potenciación y creación de actividades culturales" en el Pou de la Figuera, para impulsar su uso cotidiano como "espacio de cultura, relación y estancia", en el que desplegar "los valores de la vida comunitaria y vecinal".

El informe municipal apunta a la necesidad de poner en marcha "procesos de cooperación sostenibles y con aportaciones recíprocas entre vecindario, entidades, instituciones culturales y educativas".

MEDIACIÓN

El segundo eje destacado es el de la "mediación", que se plasma en "intervenciones presenciales en el espacio público que ayuden a establecer relación con todos los agentes que hacen uso de la plaza" y los que podrían utilizarla, con la finalidad de evitar "conflictos".

Impacto de bala derivado de un tiroteo en el Pou de la Figuera / METRÓPOLI

El escrito municipal apunta que, tras las restricciones por la pandemia, han vuelto a darse "situaciones de conflictividad y de usos excluyentes" en el Pou de la Figuera, por lo que se requiere una "mejora de la convivencia mediante el acompañamiento y la implicación de los usuarios".

El desarrollo del plan está adjudicado a la federación Casc Antic per la Gestió Comunitària, que se ha hecho con una partida de 48.020,77 euros para su materialización.

TIROTEO

La inseguridad se ha cronificado en la zona. A finales del pasado mes de febrero, se plasmó una prueba de ello a raíz de un tiroteo a plena luz del día que se saldó con dos heridos.

Según pudo saber este medio, los disparos se produjeron en el marco de una reyerta en la que estuvieron involucradas cerca de una treintena de personas.

Con anterioridad a la pandemia, y especialmente durante la temporada estival de 2019, el forat de la vergonya fue el escenario de incontables hechos delictivos, principalamente peleas y robos.

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