Brusi, uno de los bares con más historia de Barcelona, cierra este lunes para siempre. El local, conocido por su cocina tradicional y sus platos de callos, baja la persiana tras años de servicio. Montse Sabadell, de 85 años, y su hijo Josep Sans de 53, explican que las normativas municipales es uno de los motivos del cierre.

NORMATIVAS SANITARIAS

Desde el restaurante relatan que ya no pueden aguantar tanta normativa, ya que el ayuntamiento es cada vez más estricto. Aun así, la noticia aún no la han hecho circular demasiado, según explica VilaWeb, quién ha adelantado la información. Además, explican que las normas sanitarias de las administraciones van cambiando y no se ven con fuerzas de seguir adaptándose a ellas. La marca de la casa del bar eran las cazuelas de guisos y las tortillas, que se servían de la barra al plato del cliente. Ahora, la normativa exige que la comida cocinada se refrigere después de cada vez que se sirve.

El Bar Brusi, situado en El Gótic / GOOGLE

El bar, situado en la calle de la Llibreteria, en el Gòtic, se ha convertido en un establecimiento histórico por su tapa de callos, reconocida por todos de la ciudad, pero también por muchos extranjeros que se llegan para probarlos. Incluso, el plato fue degustado por el cónsul de Polonia, que al probarlo quedó fascinado y publicara una guía en la que salía el Brusi, lo que ha atraído a muchos turistas polacos al local.

UN LOCAL HISTÓRICO

El restaurante, situado en un local grande y espacioso, contaba con ventanales a dos calles y un mobiliario antiguo. Sus mesas y sillas estaban rodeadas de hule y el bar lo presidía una enorme barra. El establecimiento no cambió su estética desde 1975 y debe su nombre a que el local fue propiedad de uno de los editores del diario de Barcelona.

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