Se aprieta cada vez más el cinturón a los paradistas del mercado de La Boqueria de Barcelona. Los aumentos de los cánones municipales que han vivido a lo largo de este último año, junto con las obras de pavimentación del mercado, han supuesto un nuevo traspié para volver a levantar unos negocios que ya se encontraban tensionados producto de los años de la pandemia del Covid-19.
La Boqueria está compuesta por islas, que se dividen a su vez en parcelas, y cada negocio o parada puede ocupar una o varias de estas parcelas. El precio de los impuestos municipales se incrementa proporcionalmente en función de lo grande que sea cada negocio. De esta manera, una parada pequeña paga actualmente algo más de 100 euros, mientras que una de las grandes puede rondar los 1.100 euros mensuales. A cambio de este canon, el Ayuntamiento provee de servicios como la recogida de basuras, luz y agua, entre otros.
AUMENTO DE LOS GASTOS
Según han explicado paradistas del mercado a Metrópoli, la subida que se ha llevado a cabo este último año, que ronda el 10%, no supone un auge estratosférico y teorizan que está proporcionado al incremento general de los precios por la inflación y el consumo de los negocios. Sin embargo, comentan, lo que cada paradista paga no es solo el canon y los gastos propios de un negocio, como pudieran ser salarios y género, sino que también la contribución a la asociación de comerciantes. Esta se ha incrementado en unos 20 euros por número o parcela.
El gerente de la asociación de comerciantes de La Boqueria, Óscar Ubide, aclara que el incremento de la asociación es el "pactado por la asamblea de comerciantes". Cada año, esta contribución "se actualiza basándose en el IPC". En 2023, el cambio se ha producido en marzo porque el mercado pasó el primer trimestre del año con las obras de pavimentación en curso, por lo que "se decidió esperar a que estas terminaran".
FRACCIONAMIENTO MENSUAL
Hasta hace dos años, este impuesto municipal se pagaba de forma trimestral. Esto cambió a un pago mensual, con cifras supuestamente más manejables. Sin embargo, con el cambio vino también un aumento a la práctica, señalan las fuentes consultadas. Si bien esta cifra depende de la superficie, los gastos de luz e incluso el tipo de negocio, estas cifran el auge entre un 20% y 25%.
"Antes pagabas una cifra fija por el gasto de la luz y desde enero de 2023 las cuentas dicen que la cuantía es variable también en función de la superficie que cada negocio ocupa", explica un comerciante a este digital. En su caso, se ha duplicado el gasto.
NEGOCIOS RENTABLES
En términos generales, los puestos de La Boqueria, el mercado municipal más turístico de Barcelona, son negocios rentables. La afluencia de visitantes es muy intensa, tanto locales como extranjeros. Sin embargo, arrastran años de problemas y traspiés. Y es que los años de la pandemia han influido mucho en la rentabilidad en los negocios. A los meses de confinamiento le siguieron más meses de cierre de fronteras, lo que limitó la clientela a una zona muy dependiente del turismo internacional.
En 2023, a pesar de que todas las medidas excepcionales aplicadas por la epidemia ya se han derogado, todavía se arrastran las consecuencias. El flujo de turistas continúa siendo más bajo que en 2019, sobre todo en lo que se refiere a los grupos de turistas de origen asiático y ruso. Estos dos grupos, precisamente, eran los que tradicionalmente hacían los mayores desembolsos en el mercado, por lo menos en las paradas de embutidos y productos ya preparados.
CAÍDA DE LA FACTURACIÓN
El resto de turistas, además, vigila más el gasto en sus compras. "Si bien hace años se hacían compras pensadas para el consumo propio y como souvenirs, ahora lo habitual es una actitud de compra más austera, centrada en ese consumo propio", señalan. Con todo, el resultado es que los paradistas arrastran desde hace años una caída del ticket medio.
Con todo, el mercado se encuentra inmerso en una tendencia en la que los impuestos, tasas y pagos se encuentran en una constante tendencia ascendente, sobre todo desde 2022 y 2023. A ello se unen los meses de parones intermitentes derivados de las obras de pavimentación del suelo. Al mismo tiempo, el volumen de facturación ha decrecido porque todavía no ha recuperado ni la afluencia de turistas ni el gasto medio por visitante. El mercado, siempre lleno, poco a poco hace por recuperarse a pesar cada tropiezo.
A la edición de este artículo, el Ayuntamiento de Barcelona no ha respondido a las preguntas formuladas por Metrópoli.