Una historia que se repite... para cruz de los vecinos. La fuente para perros de los jardines de Sant Pau del Camp ha vuelto a aparecer cerrada ante sorpresa de dueños y canes, que vuelven a no disponer de un lugar en el que refrescarse durante el tórrido verano barcelonés. Ello, junto con la aparición de ciertos perros agresivos que ya han herido a otros canes, ha hecho de la única zona verde para animales un lugar mucho menos amable para dueños y mascotas.

Vecinos del barrio explican a Metrópoli que, sin previo aviso, la fuente, que se encuentra en el pipicán de los jardines, lo que indica que es especial para mascotas, ha dejado de arrojar agua, lo que obliga a los dueños a llevar botellas y garrafas de agua fresca para sus amigos peludos. Pero las ganas de sacar a los perros por este parque también se han visto afectadas por varios casos en los que los animales han salido heridos por mordeduras. Y es que, según relatan a este digital, varios dueños con perros problemáticos han comenzado a hacer uso del espacio.

Hasta ahora, la una medida contra este peligro es avisarse de la presencia de los perros violentos en un grupo de WhatsApp compartido por vecinos del barrio. Cada vez que se produce un ataque, los testimonios coinciden en señalar que los dueños "desaparecen" --sospechan-- "para que no los denuncien".

Falta de agua

Se suma, además, el problema recurrente de la fuente. Hace exactamente un año, entre finales de agosto e inicios de septiembre de 2023, este digital ya se hizo eco de la misma situación. En aquel momento, la fuente llevaba cerrada desde mayo. Así, los peludos pasaron todo un verano --con sus necesidades de paseo, socialización y juego-- sin agua fresca que llevarse a la boca.

Las quejas por el nuevo cierren chocan de lleno con la versión ofrecida por fuentes municipales. En conversación con este medio, aseguran que solo se trató de una avería puntual de no más de un día de duración, algo que niegan los vecinos con los que ha hablado este digital. Respecto a los episodios de mordiscos, señalan que no constan quejas por ataques de perros potencialmente peligrosos, pero apelan al civismo y al respeto de las normas de convivencia.

Sucede que los jardines de Sant Pau del Camp son el único espacio verde de todo el barrio del Raval y, en general, uno de los pocos lugares --junto con el parque de la Ciutadella, a dos barrios de distancia-- en los que un perro puede pasear y correr con cierta tranquilidad en todo el distrito de Ciutat Vella.

Ausencia de espacios verdes

De hecho, estos dos son las dos únicas zonas 'verdes' incluidos en las Zonas de Uso Compartido (ZUC) del céntrico distrito, esto es, los únicos en los que los perros pueden pasear libres de correa en determinadas franjas horarias.

Jardines de Sant Pau en barrio del Raval AJ BCN

Pero Sant Pau del Camp, pese a ser el único espacio de estas características del barrio, tampoco reúne las condiciones ideales para los canes. La falta de un arbolado que arroje sombra en los días de verano y un suelo asfaltado contribuye a subir mucho la temperatura del lugar. Barcelona, en las últimas jornadas, está experimentando un clima particularmente suave y amable para esta temporada del año, pero no es extraño que los termómetros superen los 30 °C --más aún a pleno sol-- durante la temporada estival.

En esos meses particularmente duros como son julio, agosto e inicios de septiembre, "el parque puede convertirse en un horno", explicaron ya en su momento fuentes vecinales.

Una zona problemática

Pero la presencia de la fuente, si bien es necesaria para las mascotas, también trae ciertos problemas a la zona. Y es que en los últimos años se ha convertido en punto de reunión de personas migrantes sin hogar que, a pesar de que cada noche se cierra este parque, se cuelan y pernoctan en él.

Un hombre duerme sobre el colchón en el parque de Sant Pau del Camp rodeado de basura / CEDIDA

No es extraño ver colchones y tiendas de campaña plantadas en las zonas de hierba, así como sintecho que utilizan la fuente para perros como zona de aseo, donde ducharse o beber agua. Asimismo, en los alrededores es también habitual encontrar tendederos improvisados, jeringuillas usadas o restos como latas y botellas rotas.