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Tras el cierre repentino de las tiendas de Reino de Juguetes en Galeries Maldà, la vida en el complejo comercial barcelonés sigue adelante. Los comerciantes que mantienen su negocio en pie suben cada día la persiana con la misma ilusión que el primer día, pese a que “hayan quedado en la sombra en muchas ocasiones”, tal como lamenta Sonia Gutiérrez, administradora del espacio. Aun así, ninguno de ellos tira la toalla.

Tras una reunión con Metrópoli en la que analizamos conjuntamente la situación de las galerías, los comerciantes anunciaron la apertura de nuevas tiendas de temática friki en las próximas semanas, con las que confían volver a poner a pleno rendimiento el centro comercial más antiguo de la ciudad, abierto desde 1943. “Venimos con mucha fuerza”, apuntan a este medio.

Nuevos comienzos en Maldà

El cierre de un comercio significa una oportunidad para otro. Como bien dice el refrán, ‘cuando se cierra una puerta, se abre una ventana’. La marcha de Rubén Sánchez, CEO fundador de Reino de Juguetes, ha permitido la entrada de nuevos negocios, que llegan “con ganas de hacer resurgir las galerías”, según señalan los mismos.

Estas aperturas conservarán el espíritu friki del complejo que lo ha distinguido de los demás centros comerciales. “La gente puede encontrar juegos de mesa, decoración del hogar, disfraces, ropa para perros, muñecos de ganchillo, juguetes, entre muchas otras cosas”, explica María Ángeles, comerciante de las galerías. Ella en particular diseña ropa y complementos inspirados en la naturaleza, un producto que solo puede encontrarse en las dos tiendas que posee en el complejo del Gòtic. Después de siete años allí, Ángeles tiene claro que “no cambiaría las Galeries Maldà por nada del mundo”.

Productos de la tienda Costurero Real de Galeries Maldà GALA ESPÍN Barcelona

Algunos llevan muchos años, como Ángeles, otros, en cambio, acaban de aterrizar. Es el caso de Carlos Medinilla, un vecino de L’Hospitalet de Llobregat que el pasado jueves 5 de diciembre inauguró su nueva tienda ‘Mystika’. “He sido cliente de las Galeries Maldà toda mi vida. Como comerciante, inicio esta etapa con mucha ilusión”, señala a este digital. No sin antes haber restaurado el local, hace unos meses ocupado por Rubén Sánchez, del que lamenta que “lo dejó hecho polvo”.

Trato diferencial al cliente

Los comerciantes nos explican la experiencia que supone comprar en las galerías. Cada uno de ellos asegura ofrecer un trato diferencial y personalizado a sus clientes. “Estamos los propios artesanos explicando el producto, algunos de nosotros incluso disfrazados. Fabricamos en Barcelona, un detalle que el cliente local valora mucho”, destacan. “Los que nos movemos dentro del mundo friki sabemos la gran referencia que son las Galeries Maldà a nivel español”, expresa Medinilla.

Tienda Mathom de Galeries Maldà GALA ESPÍN Barcelona

Tiendas de souvenirs

Galeries Maldà está formada por 50 comercios, que ocupan una extensión de 1.200 metros cuadrados, según datos facilitados por Barna Centre. Existen tres accesos diferentes: por la calle del Pi, por la plaza que lleva el mismo nombre y por Portaferrissa. En esta última es donde se ubican las tiendas de souvenirs, diez en total, que uno de los propietarios alquiló a diferentes pakistaníes.

Por contradictorio que parezca, los comerciantes celebran la presencia de estos locales en las galerías. “Gracias a ellos hemos subsistido durante mucho tiempo”, señalan. De hecho, tal como expresan a este diario, les preocuparía que no estuvieran en Maldà. “Si la entrada de Portaferrissa estuviera muy vacía, los turistas no entrarían a las galerías”, explica María Ángeles. “Los souvenirs llaman la atención de la gente, que cuando entran descubren que hay más pasillos”, añade. También son, por lo tanto, un reclamo para los mismos comerciantes.

Locales de souvenirs de Galeries Maldà, ubicados en la entrada de Portaferrissa GALA ESPÍN Barcelona

También se muestra muy agradecida Mari Carmen, propietaria de la tienda ‘Malda Custom Print’, ubicada en el pasillo de Portaferrissa. Después de 20 años, cierra su negocio de diseño de camisetas personalizadas porque se jubila. “Nadie quiere seguir con lo mío”, lamenta. El local, que en su día se había dividido en dos, volverá a su estado original para que el otro inquilino amplíe su negocio, de nombre ‘Good Vibes’.

Obras de reforma de la Rambla

Los comerciantes no niegan que desde hace unos meses la afluencia de clientes en las galerías es escasa. “Es peor desde que empezaron las obras de reforma de la Rambla”, apuntan. Una situación que les preocupa, ya que los trabajos no finalizarán hasta febrero de 2027, según ha señalado el Ayuntamiento de Barcelona. 

Las obras tienen una mayor afectación sobre el turista, que es quien más concurre la zona y que representa el 70% de la clientela de las Galeries Maldà. “El comprador local cuando viene es porque busca algo en concreto”, señalan los mismos.

Acceso por Portaferrissa a las Galeries Maldà GALA ESPÍN Barcelona

Abiertos desde 1943

Las Galeries Maldà se construyeron en 1943 en el palacio del Baró de Maldà (Rafael d’Amat i de Cortada, nieto del Virrei Amat que da nombre al actual Palau de la Virreina). Fueron las primeras de Barcelona, convirtiéndose en el centro comercial por excelencia de la burguesía. Pronto fueron un referente en la ciudad, con épocas de auténtico esplendor.

A finales de los 90 su popularidad cayó, hasta 2017, cuando entró en juego Rubén con Reino de Juguetes. Con la llegada de nuevos comercios y tiendas tematizadas, el espacio se revitalizó, convirtiéndose en un referente del fenómeno ‘friki’ en la capital catalana. “Agradecemos a la empresa Reino de Juguetes que haya sido clave en el resurgir de las galerías hace siete años y que aún sigan formando parte de ellas, al igual que ha habido otras muchas personas que apostaron y lucharon en este proceso, los que ahora también están contribuyendo con ilusión y esfuerzo diario para que las Galeries Maldà continúen vivas”, destaca a este digital Gutiérrez, que administra un 36% del espacio.