Martí Abella, extrabajador en Promoció de Ciutat Vella, SA (Procivesa)

Martí Abella, extrabajador en Promoció de Ciutat Vella, SA (Procivesa) C.S - Metrópoli

Ciutat vella

Ciutat Vella pierde el rumbo 30 años después de los Juegos Olímpicos: “Se necesita una estrategia nueva”

Martí Abella, uno de los impulsores de la empresa municipal Promoció de Ciutat Vella, defiende que el Ayuntamiento debe "volver a situar el centro histórico entre sus prioridades, asumir riesgos y recuperar el equilibrio social entre vecinos y comercios" para reconstruir un proyecto común de futuro

Relacionado: Civismo, seguridad y limpieza: las reivindicaciones de los nueve ejes comerciales del centro de Barcelona

Llegir en Català
Publicada
Actualizada

Noticias relacionadas

De la regeneración urbanística al colapso. Ciutat Vella fue la viva prueba de que con iniciativa política y con acuerdos tanto con vecinos como con comerciantes se puede construir una ciudad próspera.

Así lo explica Martí Abella en una entrevista a Metrópoli, quien formó parte del equipo que creó Promoció de Ciutat Vella, SA (Procivesa), la promotora mixta -participada por capital municipal (51%) y entidades privadas- para revitalizar urbanísticamente el distrito histórico de cara a los Juegos Olímpicos del 92.

“Se hizo un gran esfuerzo y es importante no olvidarlo. Nuestro trabajo consistió en poner colores a una ciudad completamente gris a través de espacios públicos y equipamientos totalmente nuevos o renovados”, afirma Abella.

Entre el 1981 y el año 2005, las administraciones invirtieron unos 1.320 millones de euros para reformar el centro de la capital catalana: se construyeron plazas, se creó la Rambla del Raval, se renovó toda la infraestructura eléctrica y de gas y se abrieron las calles del casco antiguo.

La Rambla del Raval

La Rambla del Raval C.S - Metrópoli

“Ciutat Vella lo tiene todo: montaña, mar y un patrimonio histórico que va desde la época romana hasta los movimientos modernistas de los últimos siglos”, indica con orgullo el extrabajador.

“El problema es que el Ayuntamiento dejó de tener un cierto control social del lugar; dejó que todo funcionara a su aire, que el mercado actuara, y esto se ha ido hundiendo”, valora.

“Lo hicimos fácil”

Los problemas en el distrito eran más graves antes que los que hay ahora, afirma Abella, pues la prostitución y los “señores de la droga” dominaban buena parte del centro.

Además, muchas de las 100.000 personas empadronadas en el distrito -a las que se suman todas las que no lo estaban- vivían en condiciones fatales. “Era un polvorín. Si tocabas una piedra se te echaban los vecinos encima”, describe.

Y es que el proyecto pasaba por expropiar cientos de edificios, con miles de viviendas y unos 5.000 afectados que, al principio, no se sabía si se podrían reubicar.

Un edificio de viviendas que se construyó para reubicar a las familias del Raval tras el derribo por los planes de Procivesa

Un edificio de viviendas que se construyó para reubicar a las familias del Raval tras el derribo por los planes de Procivesa C.S - Metrópoli

Pese a las dificultades, el consistorio, en aquel momento liderado por Pasqual Maragall, tuvo una “dirección política clara” y con los trabajos de Procivesa, lograron consensos con los ejes comerciales y los vecinos más beligerantes.

“Al haber un proyecto en el que todos participaban, conseguimos, por ejemplo, colocar la Filmoteca de Catalunya en medio de la zona de la droga y la prostitución”, afirma.

Una nueva estrategia

Al terminar los Juegos Olímpicos, la regeneración urbanística de la zona continuó una década más tarde, pero la inyección de capital municipal terminó hacia el 2007 para centrarse en los proyectos de otros distritos y la crisis de 2008 paralizó las previsiones.

Durante los últimos 30 años, Abella señala que la población extranjera pasó del 2% al 54% y se han generado muchas asociaciones tanto de la sociedad civil como de comerciantes.

Un balcón en El Raval con una pancarta

Un balcón en El Raval con una pancarta C.S - Metrópoli

En 1986 había cuatro asociaciones comerciales, porque la economía estaba “hundida” y solo existía el área de Barna Centre, la Rambla de Catalunya y la zona de la calle Nou de la Rambla y la de Sant Pere Més Baix.

Sin embargo, ahora hay nueve ejes comerciales que agrupan varias entidades y cada uno tiene realidades y demandas muy diferentes. El último Summit de Barcelona Oberta lo dejó claro: no es lo mismo la inseguridad que hay en la Barceloneta que las demandas de los comerciantes de la Via Laietana, que sufren las consecuencias de las obras y la restricción del tráfico.

No hay ninguna visión de conjunto ni de futuro. El Ayuntamiento necesita una nueva estrategia y deshacer el nudo que se ha creado”, asevera el extrabajador.

“Volver a hacer lo que hizo Procivesa no tiene sentido; pero a actuar, sí. Y hace falta una empresa independiente para ello. La experiencia ya la tienes”, añade.

Turistas en Ciutat Vella en una imagen de archivo

Turistas en Ciutat Vella en una imagen de archivo EUROPA PRESS

Abella reconoce que la zona, al ser el centro de la ciudad, siempre estará al borde del conflicto. No obstante, para que no “muera de éxito” la administración debe tenerla como prioridad.

“He tenido una vivencia profesional y humana extraordinaria en la que fuimos capaces de trabajar de forma ordenada y comprometida, consiguiendo cosas que no se han logrado en ningún lugar del mundo”, recuerda Abella.

Para él, la solución para devolver la dignidad al centro histórico está claro. Más ambición por parte de los políticos y un proyecto definido: “Tiene que ser el Ayuntamiento el que se la juegue y asuma el riesgo”.