Barcelona es una ciudad global, abierta y con una gran capacidad para atraer talento internacional. Hasta aquí ninguna novedad, a excepción de que en esta ocasión no son los propios barceloneses los que alardean de cosmopolitismo, sino que son los trabajadores expatriados que viven en la Ciudad Condal los que ensalzan sus cualidades como lugar de acogida y con gran calidad de vida. Pero no todo son alabanzas. 

La gran carga fiscal que soportan, la excesiva burocracia para instalarse y los crecientes precios de la vivienda están entre los temas peor valorados por los extranjeros residentes en Barcelona, según la tercera edición de la encuesta International Talent Monitor (ITM) elaborada por Barcelona Global y Banco Sabadell. Con todo, los resultados del ITM 2017 avalan la candidatura de la ciudad para acoger la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, en sus siglas en inglés). 

“Hay 900 trabajadores preocupados por saber dónde irán y la mejor respuesta que podemos dar a sus preguntas es esta encuesta”, respondida por personas que un día estuvieron en una situación similar y que no se han arrepentido de elegir Barcelona como ciudad de residencia, según ha explicado el director general de Barcelona Global, Mateu Hernández. “También es útil cuando hay compañías que quieren establecerse aquí, como Amazon”, que en los próximos meses creará 100 empleos de alta cualificación en su nuevo centro de I+D y deberá atraer talento extranjero.  

Principales indicadores de la encuesta International Talent Monitor / BARCELONA GLOBAL



MEJORA CONSTANTE

La encuesta ITM, realizada entre más de 800 expatriados que con un alto grado de preparación (el 70% tienen un máster o un doctorado), mide el grado de satisfacción en una serie de aspectos que califica entre el 1 y el 7 (siendo el 4 ni frío ni calor), aunque la nota máxima que logra una categoría es 6,5, honor que solo recibe el clima. En líneas generales, la satisfacción en los principales indicadores -calidad de vida, condiciones de trabajo, integración en la vida local, negocios y servicios sociales- ha mejorado respecto a las dos ediciones anteriores.

Más allá del sol y la playa, los encuestados consideran que Barcelona es una ciudad global (5,5) y con bastante capacidad para atraer talento internacional (5), aunque los aspectos más valorados son la presencia de una comunidad expat (5,8) y la gran conectividad que ofrece el aeropuerto de El Prat (5,9). “Los trabajadores y consultores de la EMA saben que pueden ir a una conferencia en Londres y volver el mismo día”, ha señalado Hernández. O tener una reunión con Novartis en Suiza y estar en casa para cenar. Eso es vital para el buen funcionamiento de la EMA. 

IMPUESTOS Y VIVIENDA

En el lado negativo, los expatriados tienen tres grandes quejas: burocracia, fiscalidad y vivienda. Tres problemas que, por cierto, son igual de perjudiciales para los vecinos de toda la vida. “Los trabajadores extranjeros no son ajenos a la realidad local”, ha recordado el director general de Barcelona Global. “En este sentido también son barceloneses y los mismos problemas que tenemos nosotros los tienen ellos”, ha dicho en referencia a los precios de la vivienda. 

Comparativa de los precios de la vivienda en Barcelona

En la última encuesta, la valoración del precio de los alquileres había mejorado sensiblemente tras pasar de 3,4 a 3,7 (suspenso en cualquier caso), pero en esta edición ha caído por debajo de 3. Una sensación similar a la que transmiten la calidad de la vivienda (3,5), la búsqueda de alquiler (3) o la compra de una casa (2,8) y que seguramente muchos barceloneses valorarían con la misma o peor nota.

Otro de los inconvenientes que más molestan a los trabajadores extranjeros es la burocracia. “La lentitud para conseguir el NIE, el carnet de conducir o el padrón” es un obstáculo importante cuando un expat aterriza en Barcelona y lo valoran con un exiguo 3,4, si bien es algo mejor que en la encuesta del 2015, en la que solo lograba un 2,9. Los impuestos, tanto los individuales (3,7) como los empresariales (3,5) también suspenden, pero en muy pocos casos es un factor que influya en la decisión de abandonar la ciudad.

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