El despido por parte de la dirección de la cadena de supermercados Lidl del gerente de uno de sus locales en Barcelona por 'trabajar demasiado' ha generado un enorme malestar entre sindicatos y trabajadores. Los actores sociales consideran que la argumentación presentada por la dirección de la empresa para justificar el despido se contradice con la propia política empresarial de exigir un constante aumento de la ventas al por menor, planteamiento utilizado por el despedido para defenderse.
Fuentes de los sindicatos consideran grave que los dirigentes de la empresa hayan faltado a la verdad al acusar al despedido de 'invitar' a otros trabajadores a acudir a su puesto de trabajo antes de la hora de entrada.
El gerente despedido ha denunciado a la empresa por considerar injustificado su despido ya que nunca hizo nada ni para su propio beneficio ni para perjudicar a la compañía, sino todo lo contrario, y justificó el número de horas trabajadas de más por la presión que se le imponía desde la dirección para aumentar las ventas.
CRÍTICAS DE CONSUMIDORES
Por otro lado, la empresa ha recibido críticas de los consumidores por su postura ante el independentismo y por el sistema de etiquetaje de sus productos. Se da la circunstancia de que Lidl ha optado por rotular exclusivamente en catalán y en inglés en las zonas turísticas de Catalunya, pese a que algunos grupos de consumidores ha pedido en reiteradas ocasiones que rotule en las dos lenguas oficiales de la comunidad, como mínimo.
Aunque en un primer momento la empresa se vio obligada a cambiar algunos de sus rótulos para acabar con las críticas de un sector de consumidores, la práctica totalidad de los rótulos informativos que hay en sus establecimiento están únicamente en catalán, excepto en las zoasn turísticas en las que también están en inglés. La empresa intenta justiciar su postura aduciendo a que en los carteles fijos en los que consta el precio de los productos están rotulados tanto en catalán como en castellano.