Las familias afectadas por el derrumbe de 144 nichos en el cementerio de Montjuïc, representadas por el abogado Josep Maria Palacio, reclamarán responsabilidades civiles y penales a Cementiris de Barcelona y al Ayuntamiento, hartas del silencio del consistorio y de la empresa municipal. A la espera de un trato justo, también pedirán ayuda a la Iglesia para que medie en el conflicto, según informa Crónica Global.

“En Montjuïc hubo profanación de cadáveres”, denuncia Cristina García, una de las afectadas por el hundimiento de las tumbas y persona muy activa en el grupo de Facebook que han abierto las familias.

Los afectados por el hundimiento del cementerio de Montjuïc estudian la fórmula para exponer su malestar a la Iglesia. “Estamos entre el obispo auxiliar o, directamente, el cardenal Juan José Omella, obispo de Barcelona”, recalca García. Su intención es la de hacerle llegar, personalmente, una carta.

PIDEN CABEZAS

El Ayuntamiento y Cementiris de Barcelona apenas han dado explicaciones de los sucesos del 15 de septiembre. Dos días antes ya se detectaron las primeras grietas pero la empresa municipal no avisó a los bomberos ni a la Guàrdia Urbana. Jordi Valmaña, director general de Cementiris, tampoco lo hizo tras el hundimiento.

Valmaña aseguró el pasado 1 de noviembre que está al lado de las familias afectadas y éstas le acusaron de “cínico”. Piden su cabeza, la de Eloi Badia, el presidente de la empresa y concejal de Presidencia, y la de Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona que siguen sin abrir boca para referirse al derrumbe.

Las familias, por otra parte, denuncian que los huesos de sus familiares se mezclaron con los de otros difuntos tras el derrumbe de los nichos y exigen que se hagan pruebas de ADN. Cementiris y el Ayuntamiento se oponen.

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