Los hoteleros de Barcelona han dado un paso más en su lucha por eliminar la competencia de los alquileres turísticos ilegales y esta vez lo han hecho en casa. El 29 y el 30 de abril, en el encuentro ReformBnB celebrado en la capital catalana, asociaciones hoteleras de alrededor del mundo, como París, Londres, Nueva York y Tokio, se han reunido para encontrar fórmulas que regulen la actividad de plataformas como Airbnb.
"Estamos ante un problema global y no de ciudades individuales y, por lo tanto, resulta prioritario sumar esfuerzos para exigir a las administraciones que tomen medidas para combatir el alojamiento turístico ilegal", explicó en el acto inaugural el presidente del Gremi d'Hotels de Barcelona, Jordi Clos. En estos momentos en Barcelona están registrados 9.670 pisos turísticos legales, aunque se calcula que podría haber 8.000 más de ilegales, según cifras del propio gremio.
HOTELEROS CONTRA AIRBNB
Los hoteleros y los representantes de plataformas como Airbnb tienen opiniones bien diferentes sobre los alquileres turísticos. Los primeros critican que los pisos turísticos ilegales se instalen en sitios donde ya hay hoteles o en el centro de las ciudades. Consideran que perjudica la accesibilidad a la vivienda y propicia la expulsión de los vecinos de los barrios más turísticos de la ciudad.
Los segundos, como Airbnb, critican que grupos de hoteles vayan en contra de la plataforma "para proteger sus ganancias", ya que consideran que todo el mundo ha de poder beneficiarse de los beneficios del turismo.
SIETE PROPUESTAS
Como resultado del encuentro de ReformBnB, las principales asociaciones hoteleras del mundo han presentado una guía con siete propuestas que las administraciones podrían aprovechar para regular la actividad de los alquileres turísticos.
En primer lugar, exigen que exista un sistema de registro que informe a las autoridades sobre qué propiedades están alquiladas, quién las arrienda y durante cuánto tiempo.
También quieren que la industria de los pisos turísticos pague un número de tasas e impuestos similares al que se aplica actualmente a los hoteles y que las administraciones establezcan limitaciones en la actividad de los pisos turísticos.
Otra de las propuestas incluye obligar a los alojamientos a cumplir ciertos mínimos de seguridad, salubridad y accesibilidad, así como conseguir que los apartamentos turísticos operen con el permiso del resto de propietarios de la vivienda.
Finalmente, los hoteleros también quieren que se exijan una serie de responsabilidades a las plataformas y a los anfitriones y que se regulen, limiten o cesen las prácticas que las administraciones consideran ilegales.