A finales de este mes se estrena la 19ª edición del controvertido macroconcierto Primavera Sound, en el recinto del Parc del Fòrum, a caballo entre Barcelona y Sant Adrià de Besós.
El programa de actuaciones se extenderá desde el 30 de mayo hasta el 1 de junio. Tres días completos con sus respectivas noches de música, baile y fiesta a destajo.
La web de la promotora expende desde hace tiempo las entradas. Se espera una gran afluencia, pero quien quiera disfrutar de sus bandas musicales favoritas habrá de rascarse el bolsillo a fondo. Porque los precios no resultan aptos para todos los públicos, sino para auténticos potentados.
ASISTENCIA INTERNACIONAL
El pase para las tres jornadas sale a nada menos que 215 euros, a los que se añaden 6,5 euros en concepto de gastos de gestión. Las entradas para un día oscilan entre los 170 y los 80 euros, más los citados dispendios de tramitación.
La pasada edición congregó un enjambre de casi 200.000 personas procedentes de 128 países. Los que más concurrencia aportaron son España, Gran Bretaña, Italia, Irlanda, Alemania, EEUU, Francia, Israel, Bélgica y Rusia. Esta decena de países suponen el 86% de las entradas colocadas.
ACCIONISTAS
La casa barcelonesa Primavera Sound es la impulsora de esta manifestación musical desde hace casi veinte años. Hasta 2018 tenía cuatro socios: la sociedad Murmurtown Producciones, Pablo Nicolás Soler Soler, José Alberto Guijarro Rey y Alfonso Lanza García, titulares respectivos del 35%, 35%, 20% y 10%.
Murmurtown, a su vez, pertenece a Gabriel Ruiz Rodríguez, el verdadero factótum de la organización, y Sonia Saura Quesada.
El éxito de la iniciativa captó el interés de firmas internacionales del sector. El año pasado, la británica Y Festivals Limited, filial de The Yucaipa Companies LLC, de EEUU, suscribió un acuerdo por el que tomaba una participación minoritaria en Primavera Sound. El importe satisfecho se desconoce, aunque se presume muy elevado, dada la alta rentabilidad del conglomerado.
CIFRA DE NEGOCIO
La sociedad que gestiona el espectáculo alberga 39 empleados fijos. Cuando empiezan las sesiones musicales, contrata a varias docenas de colaboradores externos, en su mayoría estudiantes, a los que paga unos salarios de miseria por unas jornadas laborales de hasta 14 horas. Según explicó Metrópoli Abierta, los organizadores han llegado a abonar a los ayudantes 2,57 euros por hora.
Pese a la racanería del Primavera Sound, las magnitudes que maneja este entramado corporativo son muy relevantes.
Por la organización y gestión de los espectáculos del último año logró unos ingresos de 19,8 millones, más IVA.
Representan una fuerte ascensión del 33% sobre los 14,8 millones que recaudó el certamen anterior, también más IVA.
En 2016, las ventas fueron algo superiores a 13 millones y en 2015, a 10 millones. La progresión del cuatrienio es, pues, espectacular.
UTILIDADES FECUNDAS
También es claramente alcista la evolución de los beneficios que obtiene. En 2018, la explotadora declaró oficialmente a Hacienda unas ganancias de 1,26 millones, contra 1,17 millones en 2017. En 2016 fueron 715.000 euros y un año antes, 475.000 euros. Es decir, en cuatro años ha acumulado unos excedentes de más de 3,6 millones.
La organización del Primavera Sound encierra un dato bastante curioso. La pasada edición pagó 81.600 euros por el alquiler del recinto del Parc del Fòrum. Pero a continuación subarrendó por 174.310 euros las instalaciones a terceros, entre otros los restaurantes que se montan durante el evento.
TESORERÍA Y DIVIDENDOS JUGOSOS
Dicho con otras palabas, se trata de un negocio opíparo, más si cabe porque no se realiza con activos propios, sino ajenos.
La abundante generación de recursos ha permitido a la compañía embalsar al cierre del último año una liquidez de 4,2 millones. Y como la cometa del Primavera Sound todavía tiene hilo y da mucho más de sí, se permitió el lujo de repartir a sus accionistas unos dividendos de 900.000 euros en dos años.
Pero hay más. La compañía prestó a dos socios de la casa 375.000 euros y el equipo rector devengó unas jugosas retribuciones de 1,2 millones entre 2017 y 2018.
DINERO PÚBLICO A MANOS LLENAS
Este amplio repertorio de mamandurrias es más o menos habitual en una sociedad corriente y moliente. Pero ocurre que Primavera Sound recibe cada año abultadísimas subvenciones públicas a fondo perdido de varias administraciones.
En los últimos dos años le han caído, como llovidos del cielo, 720.000 euros por nada menos que ocho conceptos distintos, alguno de ellos tan peregrino como la organización de un festival musical en Portugal.
El Institut Català de les Empreses Culturals, dependiente de la Generalitat, le ha abonado la friolera de 392.876 euros. El segundo benefactor más generoso es el Ayuntamiento de Ada Colau: 277.000 euros gratis et amore. En tercer lugar aparece el Instituto Nacional de las Artes, vinculado al ministerio de Cultura, que contribuyó con 45.000 euros.
El Primavera Sound recibe dinero público hasta de la consejería de Cultura del Gobierno balear, a la que arrancó un pellizco de 5.370 euros.