Barcelona tiene clase. A pesar de la convulsa situación política, económica y social, la Ciudad Condal continúa siendo uno de los destinos favoritos para los turistas. Los visitantes que, mayoritariamente, llegan a Barcelona son ciudadanos españoles, franceses, ingleses y americanos. Por contra, los turistas Sudáfrica y Ucrania son los menos preocupados por visitar la Sagrada Familia y la playa de la Barceloneta.
El turismo de lujo, o de alto standing, es la clave para los hoteleros y comerciantes de cualquier ciudad grande para que los visitantes derrochen grandes cantidades de dinero sin tener en cuenta el precio de las cosas. Habitaciones en hoteles de cinco estrellas, cenas en buenos restaurantes y compras en tiendas de Paseo de Gràcia son el objetivo para impulsar la buena imagen de la ciudad.
HOTELES DE LUJO
El precio medio de una habitación de alto nivel en la Ciudad Condal es de 255 euros la noche. Hace dos años, en 2017, el coste alcanzaba los 261 euros mientras que en 2018 la cifra disminuyó y marcó sólo 254 euros. “Aquí es donde hay que poner el foco, hacer hincapié en esta clase de turismo”, señala Jordi Clos, presidente del Gremi d’Hotels de Barcelona.
Interior de una habitación de lujo del hotel Casa Fuster de Barcelona
Barcelona tiene 45 hoteles de cinco estrellas superior y 26 de cuatro superior. La finalidad para los especialistas del gremio de hotelería es atraer a los visitantes de todo el mundo para que se hospeden en habitaciones de lujo y dejen de lado o miren de reojo los hoteles menos opulentos.
MARCA BARCELONA
Clos ha señalado que la ocupación este año “está siendo muy positiva” y esperan acabar 2019 con cifras superiores al año pasado. Por contra, el presidente critica que el turismo de lujo haya disminuido y explica que los visitantes que aterrizan en la capital catalana “hay que mimarlos” para que se mantengan.
La marca Barcelona es muy importante. De esta manera han querido explicar desde el gremio que la ciudad ya acoge a muchos turistas, pero también “hay que mantener a los congresistas”, personas que aparecen a menudo por la ciudad condal. En esta línea, apuntan que “han conseguido fijar precios adecuados” para ese tipo de personas que “visitan” Barcelona durante unas horas.
Interior del hotel Mandarin Oriental, situado en el Paseo de Gràcia de Barcelona
SEGURIDAD
El último factor. La capital catalana ha vivido un repunte de robos, hurtos y atracos en los últimos meses. Ciutat Vella, Sants-Monjuïc o Horta-Guinardó son tres de los distritos que más están sufriendo ante estos crímenes y a la ciudad esto le pasa factura. Los conflictos son diarios y esto puede hacer “tambalear” el turismo en Barcelona.
Por este motivo, desde el gremio señalan que la ocupación habitacional de alto standing en Barcelona “debe ser un reto” para el nuevo gobierno municipal que entre a presidir el consistorio de la capital catalana.