Glovo, la empresa barcelonesa de reparto a domicilio, ultima una nueva ronda de financiación para este año. El pasado abril la compañía levantó 150 millones de euros de una inyección de capital liderada por el fondo suizo Lakestar y el fondo chileno Drake. También contó con el apoyo de nuevos inversores como los franceses Idinvest Partners y Korelya Capital. Según han desvelado fuentes internas de la compañía a Metrópoli Abierta, Glovo prepara otra ronda de financiación para hacerse efectiva en los próximos meses.
En solo tres años la startup ha financiado su crecimiento a través de aportaciones de fondos de capital riesgo, que ahora tienen el control de la compañía fundada en 2015 por Óscar Pierre y Sacha Michaud. A pesar de ello, los dos jóvenes mantienen el control de la empresa y sus pasos a futuro.
EMPRESA UNICORNIO
Con la última ronda de financiación, Glovo se posicionó en el mercado con un valor de 650 millones de euros, aspirando así a ser el próximo unicornio español. Actualmente el país tan sólo cuenta con dos start ups valoradas en más de 1.000 millones de dólares: Letgo y Cabify. Ahora, Glovo quiere situarse en este prestigioso ránking en los próximos meses. Cuenta para ello con casi todos los ingredientes necesarios: expansión internacional, con una destacada presencia en el exterior, una elevada facturación, una positiva valoración premoney y el exitoso cierre de sus últimas rondas de financiación.
285 MILLONES DE EUROS
El verano de 2018 Glovo consiguió alrededor de 100 millones de euros en otra ronda de inversión, liderada esa vez por Seaya Ventures, Rakuten Capital y Cathay Innovation. Desde su fundación, la startup barcelonesa consiguió reunir 285 millones de euros.
En conversación con Metrópoli Abierta, una portavoz de la empresa asegura que “Glovo está constantemente buscando financiación” con el objetivo de reunir el máximo de capital posible para ampliar su oferta y reforzar su crecimiento en el mundo. Actualmente la compañía opera en más de 100 ciudades de 23 países de Europa, Oriente Medio, Latinoamérica y África.
NUEVAS INYECCIONES
El fondo Vision Fund, propiedad del gigante japonés Softbank, podría estar a punto de adquirir una participación importante en la empresa, según publicó la cadena Sky News, una información que la compañía no ha confirmado a este medio, apuntando que están en insistentes inyecciones de capital. Desde Glovo señalan que "cada año o año y medio cerramos una ronda", aspirando de esta manera a liderar el panorama tecnológico español.
En 2018 Glovo facturó 75 millones de euros, una cifra por debajo de los 100 millones que tenía previsto alcanzar pero que supera los 17 millones del 2017. El fundador de la compañía Oscar Pierre asegura que el negocio es rentable en algunas ciudades pero todavía no en su conjunto. La plataforma cuenta actualmente con 2,5 millones de usuarios en el mundo y una red de 35.000 repartidores.
MALESTAR EN LA COMPAÑÍA
Precisamente sus trabajadores de reparto, conocidos popularmente como riders, han desafiado a la empresa recientemente tras la muerte de uno de sus empleados en un accidente de tráfico en Barcelona. El accidente y la posterior gestión que realizó Glovo del mismo ha sublevado a sus trabajadores, que quieren acabar con el modelo de "falsos autónomos" en el que se basa la startup.
En los últimos meses, la empresa ha atravesado uno de sus peores momentos a nivel de imagen y comunicación, así como de clima de trabajo interno. En conversación con este medio, un cargo intermedio, que prefiere mantener el anonimato, asegura que en su departamento se han visto "muy afectados" tras la muerte del repartidor el pasado 26 de mayo. "Los días posteriores fueron muy duros, tanto psicológicamente como de carga de trabajo. Recibíamos muchas quejas de los trabajadores y solicitudes de información que a veces no sabíamos qué responder. También sé que en otros departamentos lo han pasado mal, porque al final nos afectó a casi todos de una forma u otra", explica este trabajador.
HUELGA
La crisis en Glovo todavía no ha terminado. Este jueves la compañía afrontará su primera huelga a nivel nacional convocada por los repartidores. Los riders se manifestarán de forma conjunta en Barcelona, Madrid y Zaragoza en protesta por el algoritmo que rige sus ritmos de trabajo y contra el modelo laboral promovido por la empresa.