El Museo de Cera de Barcelona bajó la persiana a mediados del mes de marzo debido a la declaración del estado de alarma. Al igual que ocurre con otros negocios comerciales y hosteleros, el Museo permanecerá con el candado echado hasta el 10 de mayo, como mínimo.
El impacto que va a sufrir la sociedad explotadora es al día de hoy de difícil cuantificación. Pero sin duda los daños económicos van a ser considerables.
CUARENTA EMPLEADOS
El recinto nutre sus ingresos por varias vías. Una es la venta de entradas, así como el alquiler del espacio para actos sociales privados. Otra, la explotación de los dos bares temáticos situados en sus bajos.
Se trata de dos locales muy originales: Bosque de las Hadas y Pasaje del Tiempo, inaugurados en 1993 y 2009. Ambos también están cerrados a cal y canto, por lo que sus ingresos son nulos desde hace más de un mes. Entre el museo y los dos establecimientos suman una plantilla de 40 personas.
SEDE DE CRÉDITO Y DOCKS
El Museo de Cera de Barcelona abrió sus puertas a comienzos de los años setenta, por iniciativa del escenógrafo Enrique Alarcón García. El local funcionaba, hasta su cierre forzoso por el Covid-19, todos los días de la semana y festivos, con un precio para las entradas de adulto de 15 euros y de 9 euros para los niños de hasta once años.
El Museo está situado en el paseo de la banca, junto a la Rambla. El señorial palacete albergó en épocas pasadas la sede central de la histórica compañía barcelonesa Crédito y Docks. Esta se fundó en 1881 para prestar servicios financieros y de almacenaje.
VENTA FRUSTRADA
La venta del Museo de Cera estuvo sobre la mesa el año pasado. De hecho, Enrique Alarcón llegó a convocar una junta de accionistas para debatir su posible enajenación o alquiler a un tercero. Pero el asunto no fructificó y hoy por hoy se mantiene en las manos de su fundador, con la colaboración de su hijo Juan Vicente Alarcón Tena.
La instalación y los bares anejos son un negocio muy estable, con unos ingresos anuales de 1,9 millones y resultados positivos. La sociedad explotadora debe medio millón a los bancos, pero mantiene una sólida situación patrimonial, con unos recursos propios de 1,6 millones.
Por culpa del Covid-19, este ejercicio va a ser imposible mantener las mismas cifras de facturación y resultados. El virus procedente de China va a hacer mucho daño.