Una tienda de pieles y complementos, una tienda de ropa, una galería de arte, un negocio de cosméticos, una heladería y una tienda de gafas de sol. Son las otras víctimas del coronavirus, negocios que se han visto obligados a cerrar fruto de la crisis económica de la pandemia. En el barrio Gòtic, la lista negra de comercios que ya no levantarán la persiana supera la veintena, según señalan a Metrópoli Abierta fuentes de la federación de comercios Barna Centre.

Los 65 días de parálisis económica que sufre la Ciudad Condal tienen ya consecuencias palpables en los comercios de Ciutat Vella, un distrito con gran dependencia del turismo. Los 20 comercios cerrados en el Gòtic se suman a los 15 del Raval. Las asociaciones de comerciantes avisan a las administraciones de la necesidad urgente de tomar medidas concretas y efectivas para evitar una oleada de cierres en los próximos meses y el final del tejido comercial de proximidad en el centro de Barcelona.

CUATRO CIERRES EN BANYS NOUS

Los carteles de "se alquila" empiezan a proliferar en las persianas de las tiendas que han tirado la toalla. La pandemia ha golpeado con dureza la calle Banys Nous con el adiós definitivo de cuatro comercios. En la concurrida calle Ferran, que enlaza la Rambla y la plaza Sant Jaume otras dos tiendas han caído. Otra tienda de cerámicas en la calle Petritxol tampoco volverá a abrir.

Local cerrado en el Gòtic este lunes / M.A



Este lunes, con la entrada de Barcelona en la fase 0,5 de la desescalada, que permite comprar sin cita previa, algunas pocas tiendas daban el paso y abrían sus puertas. En su mayoría, sin embargo, eran franquicias. Los negocios familiares siguen la desescalada con mucha cautela. Con las calles semidesiertas, no ven viable abrir sus negocios. 

EL ALQUILER

Desde Barna Centre, que aglutina a 600 comercios, insisten en la principal losa para los comercios: el alquiler del local. En muchos casos, el dueño del local solo ha conseguido pequeños descuentos del pago. Unas cantidades que igualmente deberán costear en el futuro en forma de deuda. La sangría económica para estos autónomos es evidente. "Es insostenible. No pienso trabajar para ellos", se queja un comerciante que regenta desde hace 23 años una tienda de ropa y complementos a unos pasos de la avenida del Portal de l'Àngel.

Los turistas son la principal clientela para muchos de los comercios de Ciutat Vella. Suponen el 40, el 60 y, en algunos casos, hasta el 80% de los compradores habituales. Las previsiones del turismo este verano son ya catastróficas. España podría perder 124.500 millones de euros en 2020, según los cálculos del operador turístico Exceltur. Cataluña y Andalucía serán las regiones más afectadas.

CAÍDA DEL 75% DE INGRESOS

Un paseo por las calles del Raval confirman el pesimismo entre muchos comerciantes. En la calle del Carme, el estanco de Carles y su mujer no ha dejado de vender durante estas semanas. Pero los ingresos solo dan para costear el alquiler. Poco más. Los ingresos en este negocio han caído un 75% asegura Carles, atormentado por el futuro de su negocio a corto plazo. Lo mismo ha ocurrido en los demás estancos de la zona. "Vengo por la mañana con energías renovadas, pero no paro de darle vueltas, también de madrugada", comenta.



Un hombre trabaja para abrir su futuro negocio de tatuajes, a unos pasos de la Via Laietana / GUILLEM ANDRÉS

"La pequeña y mediana empresa no tienen la percepción de haber recibido un apoyo real", denuncia la federación Barna Centre. La entidad apunta que el futuro de los comercios que logren sobrevivir pasará inevitablemente por la venta en Internet. Para ello, los comerciantes del Gòtic piden a las administraciones ayuda para diseñar una plataforma que aúne a todos los comercios. "Una web para cada tienda no es una solución", observan.

Otra medida para el futuro que proponen los comercios del Gòtic consiste en aprovechar pisos y bajos de locales vacíos para instalar comercios. Estos días, como otros barrios de Barcelona, incentivan a la ciudadanía a comprar en sus negocios para impedir la desaparición de centenares de comercios, algunos de ellos centenarios.

NUEVO NEGOCIO

En la calle Magdalena, un grupo de personas trabajaban este lunes en el interior de un local. Retomaban unas pequeñas obras para acondicionar su futuro negocio de tatuajes después de que la pandemia les obligara a suspender la apertura de su local. En medio de las peores previsiones comerciales, estos emprendedores remaban a contracorriente y se disponen a abrir un nuevo negocio en plena pandemia.

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