El matadero de Mercabarna ya es historia. La instalación dejó de funcionar el 30 de septiembre. Fuentes de Mercabarna alegan que el equipamiento era deficitario desde hacia años. Ha perdido 22 millones de euros durante la última década. El mercado mayorista tampoco quería hacer frente a la remodelación exigida por la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB), que ascendía a 11 millones de euros en cinco años. Sin embargo, la clausura del matadero no ha gustado a algunas empresas del sector cárnico, que se han puesto en pie de guerra.
La Asociación Empresarial Cárnica Anafric considera el cierre del matadero como "lamentable". Anafric y otras empresas cárnicas han optado por llevar el cese de la actividad a los tribunales. Han pedido a los juzgados que dicten "medidas cautelares" para evitar la suspensión. Al cierre de esta artículo, fuentes del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) indicaban a Metrópoli Abierta que todavía no se había tomado una decisión.
IMPROCEDENTE QUE SIGUIERA ABIERTO
El cierre oficial del matadero se tomó el 26 de mayo, cuando fue aprobado por unanimidad de todos los miembros del consejo de administración, donde están representados todos los partidos políticos del Ayuntamiento. Sin embargo, en 2015 su viabilidad ya estaba puesta en duda. En un informe, el Tribunal de Cuentas apuntó la "improcedencia" de tener abierto un establecimiento público con pérdidas continuadas, "especificando que el matadero de Mercabarna, por su nivel de pérdidas, era el que presentaba la mayor de necesidad de financiación de todo el Estado español", apuntan fuentes de Mercabarna.
Ese informe fue un punto de inflexión en la decisión de cerrar el matadero. El director general Josep Tejedo vio la necesidad de bajar la persiana en 2015, cuando ya llevaba tres años al frente de la empresa pública. Fue nombrado por Xavier Trias y Ada Colau lo mantuvo en el cargo. En tiempos de Trias no se planteó en ningún momento la clausura matadero, que se decidió ya con Colau de alcaldesa.
La medida deja sin trabajo a 125 empleados directos -80 según Marcabarna- y a otros de 700 directos, dice Anafric. También pone en tela de juicio la viabilidad de las empresas cárnicas ubicadas allí, y "el suministro de carne" en la ciudad de Barcelona se verá muy afectado, añade la citada asociación. El presidente de Anafric José Friguls asegura que desde el pasado mes de mayo se mantuvieron contactos con la dirección de Mercabarna para trazar un plan de remodelación y que a finales de julio se firmó un acuerdo marco para la negociación de su gestión.
Según Mercabarna, las dos empresas que trabajaban en el matadero hacía años que sabían que el 30 de septiembre tenían que dejar las instalaciones. Añaden que en los últimos cinco años ha sido imposible aumentar el volumen de negocio del matadero, con 22.000 toneladas de sacrificios al año, y que en 2017 tampoco se presentó ningún operador al concurso para adjudicar la gestión del matadero. Ahora, Mercabarna trabaja para ayudar en la recolocación de los trabajadores.
27.000 METROS CUADRADOS
El mercado mayorista dice que todavía no se ha decidido a qué actividad se destinará el matadero, con una superficie de más de 27.000 metros cuadrados. Un portavoz explica que Mercabarna tienen mucha demanda de suelo y que se trabaja para incorporar "empresas que aporten un mayor valor añadido al producto". Otra de las opciones que se baraja es que pueda acoger un matadero privado. Eso sí, más pequeño. Fuentes del consejo de administración recuerdan la decisión era clara: o cerrar o hacer una inversión millonaria para la ciudad, y ven como una oportunidad económica muy clara para Mercabarna las instalaciones que quedarán desiertas.
Mercabarna asegura que los mataderos existentes en Cataluña, algunos de ellos próximos Barcelona, como los de Sabadell, Sant Cugat o Argentona, pueden absorber la demanda de las instalaciones barcelonesas, cerradas desde este miércoles, tras 41 años de servicio a la ciudad. El matadero fue trasladado en 1979 a Mercabarna procedente del actual parque de Joan Miró.
CAMBIO EN LA DIRECCIÓN GENERAL
Mercabarna es una empresa pública participada en un 50,69% por el Ayuntamiento de Barcelona, a través de Barcelona de Serveis Municipals; el 36,79% es de Mercasa (empresa estatal); el 12,16% de la Generalitat, y el 0,36% de Autocartera. Desde hace unos días, Jordi Valls ocupa el cargo de director general. La presidenta del consejo de administración es la socialista Montserrat Ballarín.