Barcelona quiere formar parte de la primera liga tecnológica. El ecosistema empresarial ha crecido en los últimos años gracias a iniciativas como el distrito 22@ o el Mobile World Congress. La apuesta de Apple por la capital catalana confirma esta madurez y marca la dirección que debe tomar la ciudad para liderar un ámbito clave de la economía tras la pandemia.
El gigante tecnológico ha puesto su mirada en la red catalana de startups enfocadas a aplicaciones disruptivas basadas en la inteligencia artificial (IA). En este sentido, la reciente compra de Vilynx es una solución pensada para optimizar la búsqueda y clasificación de vídeos. Apple ha pagado 40 millones de euros por la empresa fundada por la catalana Elisenda Bou-Balust y, según un comunicado, no descarta hacerse con más adquisiciones para cimentar su implantación en Cataluña.
UN CLUSTER EUROPEO EN IA
Según informa este lunes Crónica Global, el sector ha acogido con bastante entusiasmo la confianza de la empresa estadounidense por Barcelona. Se especula con que la urbe se podría convertir en uno de los clusters europeos especializados en la IA y con que la inversión de Apple podría incrementarse aún más en el futuro.
Con este impulso, la ciudad aspira a consolidar su rol como un gran hub tecnológico en España y el sur de Europa. La revista Forbes ya presentó a Barcelona como una de las metrópolis punteras del continente por detrás de Londres, París, Berlín y Amsterdam. Mar Alarcón, fundadora de Social Car y portavoz de innovación de Foment del Treball, incide en el "pool de compañías centradas en la inteligencia artificial". "Se trata de una categoría que cada vez tiene más fuerza y más relevancia. Además, hay un cierto interés de la Administración por fomentar esta investigación", afirma.
LOS CASOS DE VILNYX Y SIGNATURIT
"El caldo de cultivo está y hay que cuidarlo pese a que estemos en un clima económico adverso", indica. En este sentido, Alarcón ve la operación de Vilynx como una buena señal, y suma a esta dinámica la reciente entrada del fondo Providence en Signaturit. Precisamente, la empresa de firma digital fundada por Juan Zamora es ejemplo de la evolución de una startup primeriza hasta convertirse en una compañía robusta capaz de liderar su categoría. En este contexto, el emprendedor celebra el espaldarazo de los inversores como una garantía para afianzar su presencia en el mercado europeo.
Zamora también destaca la falta de inversión en las fases críticas como una asignatura pendiente del ecosistema tecnológico catalán: "Para las etapas iniciales hay un sistema consolidado de aceleradoras, incubadoras y business angels. Pero cuando los proyectos adquieren un tamaño considerable tenemos que salir al extranjero para cerrar rondas de capital más grandes", explica. Para favorecer la expansión de los proyectos empresariales, sobre todo en campos prometedores como la IA (y el machine learning, las redes 5G y los sistemas de gestión en la nube), es clave fortalecer el músculo financiero.
LOS PROBLEMAS DE BARCELONA
En ello también concuerda Marc Murtra, socio fundador de CREA Inversión, que advierte de que "las empresas en Barcelona tienen un problema de escala". La falta de casos exitosos, de "unicornios", complica la solidificación de un ámbito económico verdaderamente potente.
Además, Murtra añade otro desafío: un entorno administrativo adverso que pone palos en las ruedas a los operadores. "No podemos impedir que florezcan players locales con regulaciones conservadoras. Porque al final de todos modos llegarán jugadores de fuera y nos quedaremos sin los beneficios de haber generado un mercado local", afirma.
SEGUNDA FASE DE CRECIMIENTO
Por otro lado, Miquel Martí, CEO de Barcelona Techy City, indica que la capital de Cataluña afronta una segunda etapa de crecimiento: "La primera parte digital, de creación de startups, ya está desarrollada. Lo que sucederá en breve será la incorporación de muchas más tecnológicas con una base muy fuerte que complementarán el sector".
Martí describe la estrategia de Apple como la culminación de una atracción de grandes corporaciones que empezó en 2006 con el desembarco de Yahoo. "Ya contamos con centros de investigación de Microsoft y Amazon", recuerda. Si bien "el conocimiento todavía radica bastante en centros de investigación como el Barcelona Super Computing Center", Martí pondera aventuras exitosas como la de Atomian. "Todavía hay mucho espacio a nivel de desarrollo para aplicar de verdad la IA", asevera. Y presagia un círculo virtuoso: "Si empezamos a ser conocidos por el talento, generaremos un efecto llamada. Así vendrán más inversores, más compañías y fomentará aún más la cultura local tecnológica."