A grandes males, grandes soluciones. Cuatro jóvenes de Barcelona se juntaron hace un mes y medio para arrancar un proyecto que va viento en popa, según sus fundadores. El funcionamiento de la startup Paco Cinarlo es sencilla: el cliente mira a través de la página web qué le apetece comer y en pocos clicks recibe un paquete en su casa con todos los alimentos para prepararse el plato.
Javi Mitjans, director de comunicación de la compañía, asegura a Metrópoli Abierta que uno de los objetivos principales de la empresa es repartir meal kits con los ingredientes exactos para cada comensal, y que en menos de 20 minutos puedan disfrutar de ellos en sus propias casas.
¿Cómo y cuándo empezó el proyecto?
Paco Cinarlo nació hace un mes y medio en Barcelona. Nos juntamos cuatro amigos de toda la vida y empezamos con el brainstorming. Alejo Fernández-Cardellach tuvo la idea y a partir de ahí nos pusimos manos a la obra. En pocos días ya teníamos muy clara la imagen de la empresa y empezamos a trabajar. El papeleo, buscar y encontrar un local, ponerlo a punto y abrir… Ha ido todo muy rápido.
¿La idea surgió a mediados de septiembre y ya habéis recibido pedidos?
No nos lo creemos. Como te comentaba, ha ido todo muy rápido. Somos cuatro socios fundadores y cada uno tiene un rol muy marcado. Alejo Fernández-Cardellach es el responsable de la gestión financiera, legal y fiscal de la compañía. Naima Robert es la encargada del desarrollo artístico y de diseñar la propuesta de valor a través de una carta completa. Juan Espinos lleva toda la parte de proveedores y es el responsable de asegurar el suministro de la materia prima y yo estoy al frente del departamento de comunicación. Los cuatro nos hemos distribuido muy bien las tareas y esto ha hecho que la organización haya sido muy fluida.
¿En qué consiste Paco Cinarlo?
La startup nace con la idea de poder proporcionar menús y platos a la gente de Barcelona y su área metropolitana. Los clientes abren nuestra app, disponible tanto para Android como para iOS, y allí eligen un meat kit. Tras seleccionar los productos que deseen y realizar el pago, un repartidor de Glovo es el encargado de llevarles la caja hasta sus viviendas.
Los packs están compuestos por productos de temporada, se van renovando constantemente y los proveedores son de KM0. El arroz es de un cliente del Delta del Ebro, el vino es de una compañía de Barcelona, la cerveza es artesana… el objetivo de Paco Cinarlo es potenciar la comida saludable, de proximidad y en tiempo récord.
¿Qué recibe el cliente en un pack?
Para poner un ejemplo, si un usuario pide canelones de tartar de salmón, en una caja se encontrará: una pieza de aguacate, tartar de salmón, pasta fresca y almendras. En el mismo box el comensal tendrá la receta para prepararla en su hogar, las características del plato, si es apto para celíacos y demás.
Si el cliente pide sushi al gusto, en la caja que pida se encontrará los ingredientes y la receta para hacer el plato de comida japonesa. Podrá elegir entre siete variedades distintas y se le añadirán opciones vegetarianas, veganas y sin lactosa según lo que prefiera.
¿Qué precio tienen las cajas?
Los precios oscilan entre los siete euros y los 15 euros. Como uno de los objetivos de la empresa es generar el mínimo de residuos posibles, los packs están pensados para dos comensales, aunque también tenemos ofertas individuales. Al apostar por los productos frescos y de temporada, cada semana los platos cambian y los precios están estipulados en función del coste de la materia prima. No vale lo mismo un kilo de patatas que un kilo de salmón, y esto lo tenemos en cuenta a la hora de poner precios.
¿Quién os elabora los menús y asesora?
Tenemos varios nutricionistas y chefs que nos ayudan. Los platos están ideados para que gente vegana, vegetariana, celíacos, con intolerancias varias y demás puedan tomarlos.
¿Vendéis sólo a través de la web?
Desde el principio teníamos muy claro que queríamos llegar al máximo de gente posible y por este motivo apostamos tanto por el canal online como por el offline. Estamos presentes en Glovo y en Just Eat, que son los encargados de llevar los pedidos hasta las viviendas y también en Too Good To Go. Además, el 19 de noviembre subimos la persiana de nuestra primera tienda física situada en el número 47 de la calle Sagués de Barcelona.
Empezasteis hace muy poco. ¿Cuántos encargos tenéis al día?
Entre 20 y 30. Al principio pensábamos que serían muchos menos, pero hemos invertido bastante en comunicación y marketing y esto nos ha facilitado mucho todo el proceso para darnos a conocer. Empezamos el jueves pasado y ya hemos servido decenas de cajas. Desde la empresa esperamos que la demanda vaya al alza y que tenga muy buena acogida por parte de todos.
¿Cuál fue la inversión inicial para arrancar el proyecto?
Logramos montar la compañía con una inversión inicial de 20.000 euros. En lo que más hemos invertido, más allá del local, es en marketing, donde hemos empleado unos 6.000 euros. Nos hemos dado a conocer a través de las redes sociales, sobre todo Instagram, y hemos hecho colaboraciones con influencers para llegar a un público más amplio.
Además esta semana hemos arrancado un nuevo proyecto: estamos repartiendo cajas gratis a las personas que tengan más de 10.000 seguidores para que nos den impulso en sus perfiles. Con esta campaña pretendemos darnos a conocer entre la gente joven.
¿Proyectos a corto?
A corto plazo tenemos un plan ambicioso. Tras la buena acogida de nuestros servicios en Barcelona y el área metropolitana, ahora queremos abrir un establecimiento en Madrid. Aquí todo ha ido muy rápido y hemos visto que ha funcionado. Confiamos en que la gente de Madrid también se interese por nuestros meal kits.
¿Y a largo plazo?
Ahora mismo tenemos la apertura en Madrid y la contratación de dos personas más. Estas nuevas incorporaciones se ubicarían en la tienda física de la calle Sagués para atender a nuestros clientes, recomendarles cajas y asesorarles a través del canal offline.
¿De dónde surgió el nombre?
Cuando Alejo nos propuso el proyecto empezamos con una lluvia de ideas. Al final somos amigos de toda la vida y nos conocemos muy bien. Al ser todo tan familiar nos salieron varios nombres muy rápido y finalmente dimos con Paco Cinarlo, ¡y nos gustó!