La pandemia de coronavirus ha surtido efectos muy perniciosos sobre los negocios de hostelería. Debido al confinamiento, se vieron forzados a cesar las actividades tres meses consecutivos. Luego reabrieron las puertas, pero sujetos a notables restricciones. En octubre, el gobierno catalán volvió a decretar el cierre obligatorio.

Entre unas cosas y otras, las cuentas de resultados de la inmensa mayoría de los establecimientos del ramo solo arrojaron saldos positivos durante el primer trimestre. El resto del año encajaron pérdidas a manos llenas.

CAÍDA EN PICADO

La famosa marisquería Botafumeiro, sita en la calle barcelonesa Gran de Gràcia, sufrió en carne propia los avatares transcritos. Sus ventas flexionaron un espectacular 66% y pasaron de 11,7 a 3,9 millones.

Para encontrar un registro tan bajo, hay que remontarse en el túnel del tiempo más de un cuarto de siglo, hasta 1994, cuando giró 650 millones de pesetas, equivalentes a 3,9 millones de euros.

Interior del restaurante Botafumeiro / THEFORK

RESULTADOS

En aquella época, Botafumeiro lideraba la restauración de la Ciudad Condal en volumen de ingresos, mano a mano con el veterano Set Portes.

Como consecuencia del desplome de las entradas en 2020, las cuentas del Botafumeiro se sumieron en números rojos. Declaró una pérdida de 312.000 euros, cuando un año antes había conseguido beneficios de 377.000 euros.

CRÉDITOS ICO

El empresario José Ramón Neira Pérez, dueño del mesón, tomó varias medidas drásticas. La principal de ellas, un expediente de regulación temporal que afectó a los 120 empleados.

También solicitó a Caixabank y BBVA sendos créditos ICO por importe de 2 millones. Además, alargó el pago a los proveedores de 57 a 106 días.

GRUPO MONCHO’S

El primer local que abrió Neira fue el Botafumeiro, en 1975. Hoy cuenta con una quincena de ellos en la Ciudad Condal. Despuntan, entre otros, Asador del Mar, Marina Bay, Moncho's House, Taberna del Cura y The Chipirón. Neira controla el entramado por medio de varias sociedades, de las que es único dueño.

La red entera, conocida como Grupo Moncho’s, no se salvó de la quema y contabilizó pérdidas abultadas.

INVERSIONES EN BIENES RAICES

Con todo, la situación financiera de Botafumeiro está saneada. Desde sus inicios siempre fue una máquina de facturar y obtener ganancias. Ello le ha permitido acumular unos fondos propios de 6,1 millones. Parte del dinero amasado está invertido en locales comerciales y pisos en la Ciudad Condal, así como en una nave industrial ubicada en Galicia, tierra natal de José Ramón Neira.

Botafumeiro los compró tiempo atrás por 3,1 millones para destinarlos al arrendamiento y así asegurarse unas renta anuales. En 2020 le proporcionaron 245.000 euros.

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