El coronavirus azota a los gimnasios de Barcelona. La lujosa cadena Metropolitan cerró el año 2020 con una cifra de negocio de 35,6 millones de euros, un 41% menos que en 2019, cuando registró una facturación de 61,1 millones.
Para paliar este desplome, la empresa capitaneada por José Antonio Castro y Javier Pellón echó mano de dos medidas principales. La primera, un ERTE para más de mil empleados, que permitió disminuir los gastos laborales de 18 a 13 millones.
PRÉSTAMOS
La segunda consistió en la contratación de dos préstamos que suman 1 millón de euros, avalados por el Ministerio de Asuntos Económicos y la sociedad de garantía recíproca Avalis. Están gravados con un interés medio del 1,20% y vencen en julio de 2025.
Según las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil, la red de centros deportivos cerró el año 2020 en pérdidas. La cabecera del grupo Metropolitan Spain declaró unos números rojos antes de impuestos de 1,4 millones, un importe que contrasta con los 3,3 millones de beneficio que se embolsó en 2019.
Con el objetivo de salvaguardar los empleos, la empresa de la Ciudad Condal puso en marcha un ERTE para 1.100 trabajadores entre los meses de abril y junio de 2020. Posteriormente, en función de las restricciones y medidas anticovid que adoptó cada comunidad, el grupo anunció otro expediente de regulación.
Metropolitan cuenta con 21 centros en las principales ciudades de España y uno en Francia. En la Ciudad Condal el grupo cuenta con cinco, en Madrid hay cuatro y en ciudades como Zaragoza y Bilbao hay un par.
MAGNATE EN BARCELONA
El principal accionista de Metropolitan es José Antonio Castro Sousa, un multimillonario de orígenes gallegos afincado en Barcelona desde hace muchas décadas. Metropolitan significa en su larga trayectoria empresarial una pequeña inversión que acometió años atrás para diversificar su fortuna.
La mayor parte de sus capitales los concentra en la hotelera Hesperia, que gestiona 22 alojamientos urbanos y cinco resorts en Venezuela. La pandemia ocasionó a Hesperia unas pérdidas históricas de 48 millones de euros, mucho mayores que sus ingresos, que se limitaron a 30 millones. El agujero provocado por el coronavirus ha sido tan profundo que la cadena hotelera tuvo que solicitar una ayuda de 55 millones al fondo de salvamento del Gobierno.