Gambito de Dama es una apertura de ajedrez que consta de tres movimientos. Es la más popular, cuenta con múltiples variaciones y el objetivo es conquistar la parte central del tablero. A su vez, Gambito de dama es una producción de Netflix que ha roto todos los récords en la plataforma, convirtiéndose en la miniserie más vista de la historia con más de 62 millones de espectadores en un mes. ¿La clave del éxito? Un buen reparto, una estudiada estrategia de marketing y los tableros, el pilar fundamental de la serie de televisión estadounidense.

COMPAÑÍA FAMILIAR 

Creados en La Garriga, un pueblo de la corona de Barcelona de poco más de 15.000 habitantes, los fabricantes de estos tableros han visto como la demanda crecía exponencialmente tras la popularidad de Netflix. Rechapados Ferrer, una compañía familiar de 11 trabajadores, ha cerrado con una facturación de 1,5 millones de euros, un 12% más que el año anterior, cuando ingresó 1,3 millones.

Según las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil, el negocio ha ganado 112.000 euros, un 4% más que el año anterior, y ha visto repuntar un 16% sus fondos propios hasta los 827.000 euros.

La actriz Anya Taylor-Joy como Beth Harmon, durante una escena de la serie "Gambito de dama". (EFE/Netflix)

TABLEROS DE AJEDREZ

La compañía barcelonesa ofrece un amplio abanico de tableros de ajedrez, desde la colección básica hasta los tableros Deluxe, con unos acabados al detalle y hechos con madera de nogal. Además, otra de las especialidades son los paneles enchapados en madera, que comercializan tanto a la pequeña carpintería hasta en almacenes de madera.

LA DEMANDA DE TABLEROS, DISPARADA

Rechapados Ferrer fabrica cada año en torno a 20.000 tableros de ajedrez que comercializa en múltiples países de Europa y también en Estados Unidos, Canadá, Japón y Australia. Desde que saltó a la fama los pedidos se han duplicado y es que el 80% de los tableros que aparecen en la producción de Netflix son del negocio del Valles.

La empresa cuenta con unas escasas deudas a largo plazo por valor de 83.000 euros y un pasivo a corto plazo de 23.000. En 2020 generó un flujo de caja de 147.000 euros, un 8% más.

Capitaneado por Juan Ferrer Mercader y David Ferrer Codina, administradores solidarios, el negocio solo ha incrementado en dos personas la plantilla a pesar del éxito de ventas.

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