Las condiciones financieras han cambiado de forma brusca en los últimos meses, pero el mundo de la inversión mantiene su interés por el ecosistema tecnológico de Barcelona. Los inversores lo tienen claro: “El capital seguirá al lado del sector tecnológico”, aunque admiten que algunas empresas deberán realizar un esfuerzo para concretar sus productos, para constatar que realmente tienen futuro. Esa fue unas de las conclusiones
Fue Robert Casajuana, de SLM, quien destacó con mayor claridad el ecosistema de Barcelona, concentrado en el distrito del 22@, con un apoyo contundente a la labor de Tech Barcelona, el organismo que impulsa el conjunto de empresas tecnológicas. “Existe un gran interés financiero en el sector inmobiliario, con una gran presencia del private equity, que está involucrado en la ampliación del 22@, pero también en el sector tecnológico, una de las banderas de la ciudad para atraer talento y capital, aunque ahora se pueda pensar que puede tener más dificultades”.
Esa segunda cara es la que destacó Mathias Blandin, responsable del área de negocio de La Financière de L’Echiquier, una firma financiera centrada en empresas de alta tecnología. “Todas deberán hacer un esfuerzo para concretar más sus productos y servicios, porque es cierto que ha habido un fuerte incremento de los tipos de interés, y eso obliga a una selección, teniendo en cuenta, además, que el sector es muy volátil”, aseguró, en el debate que surgió durante la celebración de la sesión, donde participó Metrópoli.
Los financieros siguen interesados en Barcelona, por sus características singulares en un contexto internacional complejo. Blandin y Casajuana ofrecieron sus visiones, junto con Juan Pita da Veiga, gerente de ventas en Generali Investments. Los tres apuntaron a un escenario en el que la inflación se reducirá, pero todavía con unos índices elevados, y con los tipos de interés altos a lo largo de todo 2023, teniendo en cuenta la determinación tanto del BCE como de la Reserva Federal de Estados Unidos.
¿EL MOMENTO DE LA RENTA FIJA?
El año en curso se caracterizará por la cautela extrema, que llevará a muchos inversores a confiar en la renta fija. Es lo que señaló Casajuana, al considerar que los intereses que se van a ofrecer para inversiones en instituciones como el Banco Europeo de Inversiones (BEI), “son de los más altos en décadas”, cercanos al 5%, y que eso puede ser “atractivo para un tipo de inversor más conservador que tiene una fuerte presencia en Barcelona y Cataluña”.
Lo que llega en toda Europa y en el mundo es un clima de incertidumbre, con la entrada de importantes economías en la recesión, aunque será, a juicio de los tres analistas de inversión, más breve que durante la crisis de 2008. Alemania, Francia, Italia o el Reino Unido estarán en recesión, para remontar en 2024, aunque con crecimientos mínimos del PIB cercanos al 1% o superando ligeramente ese porcentaje.
En el caso de España, esa recesión podría no llegar, o ser estrictamente “técnica”, a juicio de Robert Casajuana, por la inercia que ha cobrado al cierre del 2022, con un crecimiento que nadie esperaba del 5,5%.
Sin embargo, el peligro para todas las economías llegará, según Mathias Blandin, de lo que pueda ocurrir a partir del conflicto en Ucrania, con la invasión de Rusia. No tanto por la guerra en ese territorio, como por el choque geopolítico entre China, que “ha aumentado de forma espectacular las exportaciones a Rusia”, y Estados Unidos.
Todo ello, ese contexto internacional, junto con la inflación y el aumento de los tipos de interés, influirá directamente en el futuro de esas compañías tecnológicas que se han hecho fuertes en Barcelona, pero que, como defiende el mundo financiero, aunque se apueste por ellas, deberán competir mejor para seguir recibiendo apoyo.