La empresa Tepsa se forra en los muelles de Barcelona

El tráfico de mercancías en el puerto de Barcelona maneja cifras muy abultadas, que acapara un corto elenco de compañías extranjeras. Tercat, feudo de la familia Mestre, cayó en manos del gigante chino Hutchison en 2005, previo pago de 250 millones.

CAMBIOS DE MANOS

A su vez, Grup Marítim TCB, encabezado por la familia santanderina Pérez Maura, está desde 2015 en poder del coloso danés Maersk, el mayor consorcio mundial del transporte de mercancías por mar. La operación más reciente la protagonizó Noatum, líder de los fondeaderos españoles. A finales del año pasado, el brazo inversor de Abu Dhabi compró la compañía a JP Morgan por 660 millones.

FONDEADEROS

La cuarta en discordia es Terminales Portuarias (Tepsa), fundada en 1964 y hoy en la órbita del grupo francés Rubis, a su vez participado por el fondo norteamericano Squared.

Tepsa tiene el cuartel general en el muelle de la Energía y cuenta con 160 empleados. Sus dominios abarcan dependencias en los amarres de Barcelona, Tarragona, Valencia y Bilbao. Los de mayor tamaño son los dos primeros, con 170.000 y 43.000 metros cuadrados, respectivamente.

PROVISIONES

Los cuatro recintos revisten la condición de concesiones administrativas. En ellos lleva realizadas unas inversiones que ascienden a 280 millones. Cuando venzan las licencias de uso, los terrenos y todas sus instalaciones habrán de revertir a la Autoridad Portuaria de cada demarcación. Para ello, Tepsa ha constituido provisiones de 80 millones, destinadas a liberar los predios y dejarlos vacuos y expeditos. Sus depósitos almacenan hidrocarburos, productos químicos y biocombustibles. Disponen de capacidad para albergar cerca de un millón de metros cúbicos.

DIVIDENDOS A DESTAJO

Los negocios de la compañía experimentaron en 2022 un impulso del 11% y elevaron la facturación hasta 65,1 millones. Los recursos generados fueron abundantes. El flujo de caja subió a 26 millones y el beneficio neto a 11,8 millones, este último con alza del 16%.

Rubis, dueño único de Tepsa, sigue desde hace tiempo la costumbre de extraer las ganancias generadas por su filial española e ingresa cada año sumas ingentes por dividendo. El año pasado recibió por tal concepto 11,8 millones, que elevan a más de 65 millones el saldo amasado desde 2016. Las salidas constantes de fondos explican el corto volumen de los fondos propios de Tepsa, limitados a 20 millones.