La falta de vivienda es una cuestión determinante que se debería abordar con planes ambiciosos. Ese es el punto de partida de los pequeños propietarios de pisos turísticos en Barcelona. Eso “no se pone en duda”. Pero, ¿se resuelve esa necesidad con la restricción de apartamentos en toda la ciudad? La patronal que integra a los propietarios de pisos turísticos en Barcelona, Apartur, entiende que no, que no guarda “ninguna relación”, y que el peligro es que puede “desaparecer hasta el 40% del turismo en la ciudad”, justo a las puertas de unas elecciones, --este domingo-- de las que surgirá un nuevo gobierno que deberá hacer frente al asunto.

El presidente de Apartur, Enrique Alcántara-García, ingeniero industrial, señala a Metrópoli que se ha querido presentar al sector de los pisos turísticos como el “gran culpable de todo”, cuando su incidencia respecto al parque total de viviendas es “ínfimo”. Las objeciones se centran en el decreto ley del Govern de la Generalitat, que puede suponer una restricción completa de los apartamentos dedicados al turismo. El peligro es que las licencias turísticas, en cinco años, se extingan y ya no se otorguen nuevas ni se renueven las existentes. Se trata de 9.600 licencias, un 0,77% sobre el total del parque de viviendas de Barcelona. ¿Es mucho o resulta excesivo?

Un piso turístico en el centro de Barcelona

Contestar a esa pregunta, cuando se la formula a Alcántara, depende del distrito de la ciudad donde se concentren las licencias. Alcántara discrepa del alcalde Jaume Collboni, --que se ha mostrado contundente al precisar que habrá “cero” licencias turísticas en Ciutat Vella-- al señalar que en ese distrito “hay 650 licencias, las mismas que hace 18 años. No se han dado más, y ese número representa el 1% de las viviendas”. Por ello, el presidente de Apartur cree que no se puede cercenar la propia libertad de los propietarios en aras de ofrecer más viviendas para el conjunto de la sociedad. “El decreto ley del Govern puede ser inconstitucional, hay un recurso, que presentó el PP, que debe resolver”, señala, con la convicción de que la intención del ejecutivo catalán no podrá salir adelante.

Pero, ¿en qué se basa la patronal de apartamentos turísticos? A juicio de Alcántara, “se podría decir que se quiere limitar un tipo de turismo, el familiar, porque la mayoría de esos usuarios de pisos turísticos son familias, y es una manera de poder viajar para muchas de ellas, que con los hoteles sería mucho más caro o poco operativo con niños pequeños, por ejemplo”.

Turistas en el centro de Barcelona EUROPA PRESS

La cuestión es que los pisos turísticos en Barcelona se han asociado a grandes inversores, que compran inmuebles enteros en determinadas zonas, como la derecha del Eixample. El presidente de la patronal Apartur insiste en que hay que precisar, porque la mayoría son pequeños propietarios: “La media en Catalunya es de 1,2 pisos por propietario, y en Barcelona es de dos, unos 5.000 propietarios, que ponen a disposición cerca de 10.000 viviendas. El perfil lo tenemos claro, es una persona jubilada que, con sus ahorros, ha podido disponer de una propiedad que acomoda como piso turístico. Es vierto que hay inmuebles turísticos, pero la mayoría son pequeños propietarios”.

A la espera del nuevo Govern

De las elecciones de este domingo --al Parlament de Catalunya-- deberá salir un nuevo gobierno que esclarezca la situación. El Govern de ERC aprobó a última hora --a finales de abril-- un decreto por el que se regula las rentas de corta estancia, hasta once meses, al comprobar que ha sido una grieta por la que los propietarios han podido sortear la ley de control de los alquileres en las zonas tensionadas de Catalunya. En ese caso, ni PSC ni Junts per Catalunya apoyaron la medida.

Apartur está a la espera de saber qué sucederá con ello. Los socialistas se mostraron recelosos de dar ese paso en el Parlament. Y los pequeños propietarios de pisos turísticos piden respuestas para que no pierda “una enorme riqueza en Barcelona, la que supone ese tipo de turismo”, insiste Alcántara. “Entre un 30% y un 40% del turismo de la ciudad se podría perder”.

Otra cosa es el problema latente de la vivienda. “Se necesita un plan urbanístico, y ver cómo y dónde se construye vivienda. Eso nadie lo discute, es evidente que se necesita más vivienda”, concluye Enrique Alcántara.