La empresa Badi, fundada en 2019 por Carlos Pierre, Pablo Pérez-Bonfils y Álvaro Córdoba, ha dado la vuelta a sus resultados como a un calcetín. Por fin, parece que empieza a ver la luz al final del túnel y los sinsabores quedan atrás.

Nació como una plataforma inmobiliaria de casas compartidas. Sus creadores la anunciaban como “el Tinder para encontrar piso”. El negocio encerraba perspectivas prometedoras, pero irrumpió la siniestra pandemia y sufrió un impacto demoledor.

El CEO de Badi, Carlos Pierre, en una imagen de archivo

Números rojos

En el periodo 2020-2021 las pérdidas fueron estratosféricas y sumaron 24 millones, mientras que los ingresos apenas despegaron. Los socios financiadores exigieron un cambio de rumbo drástico. Y el trío gestor no tuvo otro remedio que dar un volantazo.

Nuevos derroteros

Badi dejó de centrarse exclusivamente en la intermediación de pisos compartidos y pasó a impulsar la gestión de residencias de media estancia.

Se trata de edificios enteros, con servicios comunes, pertenecientes a particulares, sociedades familiares y fondos inversores. Badi actúa en calidad de agente inmobiliario.

Expansión

La entidad sigue prestando los dos quehaceres, pero ahora focaliza sus energías en la captación de inmuebles de terceros.

Además de Barcelona, Badi está presente en Madrid, Valencia, Sevilla, Granada, Bilbao, Palma de Mallorca y Málaga.

Colaboradores

El cambio de modelo de negocio implicó el despido de un centenar largo de empleados y comprimió la plantilla a solo 5 trabajadores.

Badi abandonó en 2022 la senda deficitaria y contabilizó sus primeros beneficios, cifrados en 672.000 euros. Los accionistas destinaron el excedente a compensar déficits de años anteriores, que todavía figuran en el balance con 18 millones.

Haberes

La situación patrimonial también mejoró por la entrada de recursos frescos procedentes de una ronda de captación de inversores, por importe de 3,5 millones.

El año pasado lanzó otra oferta para recaudar dinero, la séptima que lleva a cabo desde que arrancó un lustro atrás. Gracias a esas inyecciones de numerario, Badi luce ahora patrimonio positivo.

Ganancias atípicas

Conviene señalar que el grueso del superávit registrado en 2022 no provino de la explotación ordinaria de su incipiente negocio de las residencias, sino de una operación extraordinaria, a saber, la venta de inmovilizado, con un beneficio neto de 1,9 millones.

Las oficinas de Badi radican en el centro de Barcelona, en la Ronda de Sant Pere. El consejo de administración lo componen Carlos Pierre, presidente, y Álvaro Córdoba, vicepresidente. El tercer fundador, Pablo Pérez-Bonfils, salió del consejo a comienzos de este año.