El pasado noviembre, Marina Vela y el Port de Barcelona inauguraron la Rambla del Rompeolas y el Edificio Mirador en la Nova Bocana del recinto portuario, unos trabajos con un coste de cinco millones de euros. Esta última construcción, gestionada por Marina Vela, se situó en el extremo final de la Rambla, una ubicación privilegiada para disfrutar de la Copa América de vela que Barcelona acoge este verano.
La edificación tiene previstos tres espacios de restauración: un restaurante en el espacio suspendido de la primera planta, un bar con terraza exterior en la Rambla y una cantina a nivel planta. Sin embargo, estos espacios quedarán vacíos durante la Copa América.
Pese a la proyección del edificio Mirador como un place to be durante la celebración de la competición náutica, los locales no contarán con actividad de restauración durante la competición a falta de cerrar un acuerdo con el grupo que gestionará los espacios.
Gestión conjunta
Alberto García, director de Marina Vela, explica a Metrópoli que el acuerdo con el grupo de restauración que gestionará los tres locales está muy cerca de cerrarse, por lo que el nombre de la compañía podría conocerse en las próximas semanas.
El máximo responsable de esta instalación náutica señala que se ha priorizado el “acierto en la comercialización” a las prisas para su explotación, y confirma que los establecimientos de restauración no llegarán para la Copa América de vela, a falta también de “permisos e inversiones” que demorarán la puesta en marcha de estos locales.
En este aspecto, García apunta que tras la competición internacional se acelerarán los trabajos para la apertura del restaurante, el bar y la cantina, con la previsión de que puedan iniciar su actividad durante las próximas Navidades.
Celebración de eventos
Pese a que la propuesta gastronómica no se materializará antes de la Copa América, los espacios del edificio Mirador sí tendrán un uso durante el evento deportivo. El director de la adjudicataria de la Bocana Nord afirma que los locales estarán disponibles para la “celebración de eventos”, en lo que califica como “la mejor instalación de Barcelona para ver” la competición. “Va a tener éxito, es uno de los lugares desde donde puedes ver más cerca todas las embarcaciones”, subraya.
García destaca que esta construcción es un “edificio absolutamente singular por muchas cuestiones”, e incide en su “privilegiada” localización además de su importancia en términos económicos. “Para Marina Vela es el espacio más relevante que tenemos en volumen de inversión concentrada”, destaca.
En consecuencia, García resalta la necesidad de que la sociedad que explote sus locales gastronómicos ofrezca un servicio “único y especial”, con un “suficiente poder de atracción de la ciudadanía”.
Anuncio fallido
Marina Vela, el puerto deportivo de lujo más reciente de Barcelona cuyo control está en manos del fondo de inversión madrileño Incus Capital, no ha logrado materializar la propuesta gastronómica sobre la que realizó un anuncio estrella a finales de 2023 en vistas de la Copa América.
El acto de inauguración contó con la presencia de Lluís Salvadó, presidente del Port de Barcelona. En esta presentación, se expuso la Nova Bocana del Port y, en concreto, el edificio Mirador, como el emplazamiento idóneo para presenciar el evento deportivo que acoge la costa barcelonesa este verano.
Ni la inversión de cinco millones de euros ni el destacado acto en búsqueda de la máxima expectación mediática han logrado evitar una falta de previsión que, finalmente, demorará unos meses más la llegada del proyecto de restauración en la nueva edificación.