Barcelona encara una crisis de vivienda cronificada que "se verá agravada en los próximos años". Así lo pronosticaron varios expertos en el debate acerca del estado del parque inmobiliario barcelonés y catalán, en el marco del II Foro Barcelona Desperta, organizado por Metrópoli, Crónica Global y El Español.
Tras una década funesta, en la que la construcción de obra nueva ha brillado por su ausencia la urbe, así como otros municipios del área metropolitana, han tenido que ponerse a enmendar los errores en mandatos pasado a un ritmo de marcha forzada.
Y es que, según los últimos estudios de plataformas inmobiliarias, alquilar un piso en la capital catalana alcanza una media de 1.600 euros al mes. No solo eso, sino que más del 70% de los barceloneses ha experimentado dificultades a la hora de encontrar piso.
Pero ¿cómo enmendar un retraso de varios años? Los expertos coinciden en que no hay una solución milagrosa, sino que la clave está en tratar la problemática de forma integral y holística, atacando por distintos frentes que no tienen que implicar estrictamente la construcción de obra nueva.
Optimización del espacio
En el debate, el arquitecto y director gerente del IMPSOL, Amadeu Iglesias, apostó por optimizar el espacio ya existente. Ello podría hacerse a través del reciclaje de pisos y "manteniendo una mente abierta" acerca de los criterios existentes para hacer nuevas viviendas.
El presidente de la Asociación de Promotores y Constructores de Edificios de Catalunya, Xavier Vilajoana, por su parte, complementa este acercamiento con que se puede aumentar el número de viviendas dividiendo las existentes en varias más pequeñas ya que, por su limitación geográfica, Barcelona no puede crecer más.
A un lado, el mar, al otro, la montaña y en sus dos puntas, los municipios del área metropolitana como Santa Coloma, Sant Adrià y Badalona o L'Hospitalet, El Prat o Cornellà. Pero son precisamente esos municipios los que tienen otra de las claves para gestionar la crisis.
Una solución y un reto
Las 36 localidades que conforman el área metropolitana de Barcelona, así como aquellos que están relativamente cerca y conectados con la capital del Principado, tienen todavía esa capacidad de crecimiento --salvo muy contadas excepciones--.
Queda terreno para seguir edificando, pero falta la mejora de la movilidad para garantizar unas conexiones eficaces. Reducir los tiempos de la movilidad, ya sea en el transporte público o privado, ayudaría a que cada vez más barceloneses encontraran su hogar en estos municipios, han coincidido los analistas.
Colaboración público-privada
Pero --y valga la redundancia-- para contar con más vivienda hay que construir más vivienda. Así las cosas ¿se están haciendo los deberes? Para los analistas, todo pasa por la colaboración público-privada. La construcción de vivienda pública es necesaria para garantizar el acceso a un piso, ya sea de alquiler o de compraventa, a un precio accesible.
Sin embargo, las administraciones "no tienen la capacidad presupuestaria para solucionar el problema por ellas mismas, por lo que necesitan, sí o sí, al sector privado", aseguran.
Esta colaboración puede abordarse desde distintos enfoques. El Área Metropolitana de Barcelona, a través del IMPSOL, ha constituido una entidad con esta naturaleza híbrida para la promoción inmobiliaria.
Por otro lado, proponen también que administraciones y organismos públicos con terrenos en propiedad promuevan la cesión de sus terrenos a inmobiliarias, llegando a acuerdos con estas últimas, encargadas a su vez de levantar nuevos bloques habitables.
Pero para todo lo mencionado hace falta una seguridad jurídica que evite "medidas coactivas" que cimente la confianza hacia las administraciones por parte de ese sector privado, explica el portavoz y responsable de la Asesoría Jurídica de la AIC y del COAPI, Carles Sala.
Barcelona hace los deberes
Así las cosas ¿cómo está Barcelona? ¿Están haciendo los deberes el Ayuntamiento y la Generalitat? Solo en las últimas jornadas, ambas administraciones han desencallado la construcción de vivienda social en solares cedidos por el Ayuntamiento de Barcelona. Se trata de 600 de las algo más de 1.760 que se habían propuesto a finales del anterior mandato autonómico y que quedaron supeditadas a la aprobación de los presupuestos.
Pero en enero, la misma Generalitat, a través del Incasòl, ya planificó otra cesión de suelo al Ejecutivo local para que este levantara cerca de 1.800 viviendas. Estas se suman a las 1.900 que el consistorio ha planificado levantar en los próximos años gracias a un acuerdo con el Consorci de la Zona Franca (CZFB).
Las administraciones han pisado el acelerador aprovechando la sintonía que exhiben el alcalde Collboni, que también es el presidente del AMB, y el president de la Generalitat, Salvador Illa. No obstante, todavía queda camino por recorrer. En palabras de Vilajoana, actualmente hay en construcción, proyección o adjudicación unas 15.000 viviendas de obra pública.
Se calcula, por otra parte, que se requieren de unas 25.000 para alcanzar la media europea. Esta última cifra, no obstante, no va a dejar de crecer a medida que ascienda la población del país. Si bien las administraciones han cambiado sensiblemente su hoja de ruta con la intención de aportar soluciones efectivas, queda todavía un largo camino por recorrer.