Un 'call center', en una imagen de archivo

Un 'call center', en una imagen de archivo CG

Economía

Los trabajadores del 'contact center' de CPM en Barcelona, en huelga contra un ERE de 600 despidos

La plantilla presiona a escasas jornadas de que se resuelva un conflicto laboral desencadenado por la pérdida de un jugoso contrato con la marca Dyson

Los trabajadores de Tepsa convocan una nueva huelga parcial en el Port de Barcelona

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Se encarniza el conflicto laboral desatado en las oficinas del contact center de CPM International, ubicadas en la calle de Felip II de Barcelona. La Intersindical ha convocado una huelga en la última semana antes de que se resuelva un expediente de regulación de empleo (ERE) por el que peligran hasta 600 puestos de trabajo.

Los trabajadores pararán durante 24 horas el próximo miércoles, 9 de abril y el viernes, 11 de abril, como protesta por el recorte de personal que podría acabar, de un plumazo, con cerca del 60% de la plantilla de teleoperadores en la capital catalana.

El primer parón vendrá acompañado de una manifestación frente a la sede de Inspección del Trabajo en Barcelona, a las 9:30 horas.

Un cliente crucial

Según ha explicado el sindicato convocante a Metrópoli, se busca presionar a la multinacional, propiedad del grupo estadounidense Omnicom, en las que son las últimas jornadas de negociaciones con el comité de empresa antes de que se ponga en marcha el plan de despidos, anunciado el pasado marzo.

Conscientes de la dificultad de salvar la totalidad de los empleos, más aún por la pérdida de clientes con campañas potentes, como la marca Dyson, el comité se orienta a preservar la mayor cantidad de empleos vía recolocaciones, salvar a los colectivos más vulnerables y procurar las mejores indemnizaciones.

Indemnizaciones

Es en este último punto donde todavía no hay quorum con la representación de la empresa. "Arrancamos pidiendo una indemnización de 45 días por año trabajado, que rebajamos a 32 como gesto de buena fe, pero la empresa no se ha movido de los 23 días con un máximo de 12 mensualidades", lamentan.

Denuncian también que, bajo esos términos, los trabajadores que terminen en la calle se irán con una mano delante y la otra detrás, pues una parte importante de la plantilla "cuenta con poca antigüedad en la empresa".

Imagen de una sala de call center de operadoras telefónicas / EP

Imagen de una sala de call center de operadoras telefónicas / EP

Otro de los focos de presión es "incluir a las trabajadoras embarazadas y aquellas personas con personas a su cargo que no sean sus hijos entre los colectivos vulnerables". Bajo esta fórmula, que ha contado "con el rechazo de la empresa", se impediría que estos perfiles perdieran su empleo.

Sí se ha acordado que la empresa corra a cargo de las cotizaciones a la Seguridad Social para los despedidos de más de 55 años hasta los 63. Asimismo, señalan: "Hemos acordado el cierre de vacantes para la recolocación interna, pero esperamos poder incluir a embarazadas y cuidadores".

Pérdida de condiciones

A los trabajadores recolocados en otras campañas se les hará una formación para sus nuevas funciones, pero, previsiblemente, "perderán algunas ventajas que tenían por el acuerdo alcanzado con Dyson".

Con todo, y teniendo en cuenta que la multinacional en ningún momento ha argumentado causas económicas para arrancar con el expediente, critican que "hay dinero para pagar".

Preguntados por este medio, CPM Internacional asegura que trabaja en el procedimiento "con el bienestar de sus empleados como principal prioridad. El proceso, actualmente en desarrollo, está basado en causas productivas y organizativas objetivas, con el fin de adaptar la estructura y el funcionamiento de la empresa a su situación actual".

Segundo gran ERE en cinco años

No es, no obstante, el primer ERE en el seno de una multinacional que adapta su plantilla en la capital catalana en base a sus necesidades y campañas en desarrollo. Ya en 2020 se llevó a cabo el mismo procedimiento tras la pérdida de Airbnb como cliente.

La escabechina laboral se saldó, ni más ni menos, que con cerca de un millar de personas despedidas en una empresa en el que el salario del teleoperador medio, apunta Intersindical, supera por poco el Salario Mínimo Interprofesional (SMI).

Con la tendencia mostrada estos años y el duro golpe que supone este procedimiento, fuentes consultadas por este medio muestran la preocupación por un posible proceso de deslocalización a otros países, como India o Eslovaquia, donde el grupo tiene ya presencia y las condiciones laborales son más competitivas para este.