El sector crucerista se distancia de la "masificación turística" y saca pecho como "catalizador" económico en Barcelona

Los cruceros de Barcelona han estado, durante años, en el punto de mira. Este verano, el Ayuntamiento y el Port sellaron un acuerdo sin precedentes para reducir el número de terminales de cruceros de siete a cinco.

Un pacto que, a pesar de limitar la capacidad de entrada de pasajeros, el sector crucerista celebra.

"La parte positiva fue llegar a un acuerdo, porque llevábamos años escuchando ruido y una nula voluntad de conversación", explicó Alfredo Serrano, director de la Asociación Internacional de Líneas de Crucero (CLIA), en la presentación del último estudio --basado en datos de 2024-- sobre el impacto económico del sector. 

Serrano destacó que, "más allá de la superficie" --la reducción de terminales--, el trato implica una gran inversión que mejorará las conexiones en el puerto. Además, se dará prioridad a los cruceros de puerto base --inicio y final del viaje-- que son los que mayor retorno económico tienen para la ciudad. 

Menor impacto turístico

Serrano destacó que el turismo que generan los cruceros tiene, en muchos casos, un impacto "más positivo" que el resto.

En un contexto de crisis de vivienda, subrayó que "no tiene impacto en la retirada de vivienda del mercado de alquiler", en referencia a la polémica con los pisos turísticos que el consistorio ya ha atajado de cara a 2028.

Además, afirmó que los picos de actividad de los cruceros se dan entre abril y mayo y entre octubre y noviembre, meses que quedan fuera de los máximos en afluencia turística.

"Un catalizador económico"

El catedrático de Economía Aplicada Jordi Surinach, responsable del informe elaborado por la Universidad de Barcelona, se alineó con Serrano para destacar la fuerza de los cruceros como “catalizador” económico de la ciudad. 

De hecho, el informe desglosa que el impacto económico de este sector es muy transversal: el 56% de la facturación y el 41% de los puestos de trabajo estuvieron ligados a sectores no vinculados a la actividad turística.

Mar Pérez, responsable de cruceros en el Port, subrayó, en línea con Surinach, que los tripulantes de las compañías que operan en la capital catalana escogen la ciudad para realizar sus revisiones médicas, generando un impacto directo en el sector sanitario.

También destacó el "beneficio que aportan" a las empresas alimentarias catalanas --que actualmente suponen el 40% del suministro y se espera que aumente-- o a las compañías de transporte, del sector metalúrgico o de la gestión de residuos, entre muchas otras. 

Conexión con Estados Unidos

Con la ampliación del aeropuerto en el horizonte, Serrano destacó el papel de los cruceros para atraer --y sobre todo retener-- rutas con grandes ciudades estadounidenses. 

Según aseguró el empresario, la mayor parte de los vuelos directos entre El Prat y Estados Unidos se sostienen gracias al flujo generado por los cruceros.

De hecho, el público estadounidense es el mayoritario (un 28,5%) entre los cruceristas de puerto base --que embarcan o desembarcan en Barcelona-- y son los que más gastan en la capital catalana. De media, el gasto diario --con alojamientos, comida, compras, transporte y ocio-- se sitúa en los 307 euros.

Casi 12 millones a las arcas municipales

El estudio de la UB asegura que los cruceristas aportaron a las arcas municipales 11,9 millones en 2024.

Esta cifra representa un 9,1% de los ingresos fiscales asociados al turismo, el doble que el peso de los cruceristas en el total de visitantes de la ciudad (un 4,5%).

Este fenómeno, según Surinach, se explica porque los pasajeros en tránsito son los únicos excursionistas que tributan, incluso si no desembarcan, y porque los que pernoctan lo hacen en establecimientos con un IEET más elevado. 

Respecto a la tasa turística, Serrano recordó la última subida realizada en 2025 y mostró "preocupación" ante los planes de aumentarla ante los 15 euros por persona.

Según el responsable de la asociación, puede suponer "una dificultad para el turismo de renta media", que es el "más común".

El impacto económico, en cifras

En total, los cruceros en el Port en 2024 supusieron una facturación de 885 millones de euros en Barcelona. 

Según el estudio, la actividad crucerista --de forma directa, indirecta e inducida--, aportó 498 millones de euros al PIB y generó 6.693 puestos de trabajo en la capital catalana. 

Barcelona concentra el 70% del impacto total de la actividad de cruceros en Catalunya, con una facturación que supera los 1.200 millones de euros. Además, según Serrano, el puerto barcelonés representa aproximadamente un 20% de la contribución económica del sector en España.

Preocupación por el medioambiente

Plataformas como Stop Creuers, que han denunciado la actividad de los cruceros durante años, aseguran que es el medio de transporte más contaminante por las emisiones de CO2 y otros contaminantes.

No obstante, Pérez y Serrano coincidieron en que el sector de los cruceros --que representa menos del 1% de la flota marítima mundial-- es, en la actualidad, uno de los más avanzados en tecnología medioambiental.

"Todas las compañías están trabajando en procesos de descarbonización y usan gas natural licuado, el combustible más verde para reducir la emisión de gases de efecto invernadero", aseguró Serrano.