El nuevo mercado de Sant Antoni todavía no está en marcha y ya provoca malestar entre los vecinos del barrio. Hartos como están de las interminables obras que han tenido en los últimos años, los vecinos ven con preocupación como el nuevo mercado puede convertirse en un centro de atracción turística por la decisión adoptada por el Ayuntamiento de permitir que algunas paradas de venta de alimentos puedan ofrecer degustaciones de su productos.
Los vecinos se sienten engañados ya que en ningún momento del proceso participativo, en el que el consistorio les pidió su opinión sobre el futuro del mercado, se les avisó de que esta posibilidad estaba abierta, por lo que ahora acusan al Ayuntamiento de haberles ocultado información de forma interesada.
Al parecer, en el proceso participativo se les preguntó sobre todo por los alrededores del mercado, no por el interior del mismo, aunque fueron los propios vecinos los que pusieron en conocimiento del Insitut Municipal de Mercats sus sospechas, aunque no obtuvieron ninguna respuesta.
El temor de los vecinos es que la degustación de comida se convierta en un atractivo turístico, como ha sucedido en otros mercados, y que el mercado acabe perdiendo su verdadero propósito, que es estar al servicio de los vecinos del barrio.
Desde el Ayuntamiento se asegura que solo se permitirá que algunas paradas, cinco en total, puedan dedicar el 25 % del espacio que ocupan a la venta de productos para la degustación.
Además, el nuevo Mercat de Sant Antoni, que está previsto que abra sus puertas el próximo mes de mayo, contará en su interior también con tres locales destinados a la restauración.