Un niño de 7 años tuvo que ser atendido de urgencias este jueves por la tarde en el Centro de Atención Primaria (CAP) de Manso, situado en el distrito del Eixample, tras clavarse ocho espinas, algunas de varios centímetros, en la frente y la cabeza. El accidente tuvo lugar en los jardines de Tete Montoliu, situados en la calle de Sepúlveda, mientras el niño jugaba.
La madre, Irene, ha explicado a Metrópoli Abierta que el pequeño apareció con siete espinas clavadas en la frente que intentaron sacar como pudieron. El niño, Gerard, empezó a sangrar y fue trasladado al CAP donde le atendieron y le curaron. A la salida, la familia se dio cuenta que Gerard tenía otra espina clavada en la cabeza, más larga, de varios centímetros. "Antes no la habíamos visto. La enfermera llamó rápidamente a la doctora. La espina estaba muy profunda. Han tenido que sacarla con unas pinzas y el niño ha vuelto a sangrar", denuncia Irene.
La madre se ha quejado de que este tipo de plantas, con espinas tan largas, estén junto a parques infantiles. "Cuando ha pasado el accidente, el niño estaba algo agachado, pero la planta está situada a la altura de un niño de tres años. Perfectamente se las podía haber clavado en un ojo", denuncia.