Los vecinos de la Sagrada Família están hartos del ninguneo que sufren por parte del Ayuntamiento. Por ello, han anunciado que llevarán a cabo varias movilizaciones durante los próximos meses para poner de manifiesto que su lucha contra las obras del templo que amenazan sus viviendas continúa.

Las movilizaciones empezarán el próximo 16 de febrero y continuarán el tercer sábado de cada mes hasta el mes de mayo, cuando tengan lugar las elecciones municipales. Además, han querido dejar muy claro que obligarán a los partidos políticos que se presenten a las elecciones a que se posiciones respecto al conflicto que mantiene con el Ayuntamiento y el Patronato de la Sagrada Família por algunas de las obras que se están llevando a cabo y que amenazan con ocupar parte del espacio público y con afectar a varios edificios de viviendas de la zona.

OÍDOS SORDOS

Los vecinos de la zona se quejan insistentemente de la nula atención que desde el Ayuntamiento se hace a sus reclamaciones. “No nos han querido recibir en todo el mandato”, afirma Joan Itxaso en representación dela Associació de Veïns i Veïnes de la Sagrada Família.

Edificio de la calle Mallorca afectado por las obras de la Sagrada Família / CR



Los afectados defienden la retirada de la Modificación del Plan General Metropolitano que permite llevar a cabo algunas obras en la Sagrada Família que consideran ilegales. Por ello, los vecinos han presentado una serie de alegaciones al Plan Especial Urbanístico Integral del Templo de la Sagrada Família.

“Lo que ha hecho el Ayuntamiento”, dice Itxaso, “ha sido trocear los permisos de obras y negarse a tratar toda la obra como un conjunto y hacerlo por partes, y hacerlo, además, de forma opaca y a espaldas de los vecinos”

PUNTOS CALIENTES

Dos son los puntos que más preocupan a los vecinos: la construcción de la llamada capilla de la Assumpta y las obras del acceso al templo desde la calle Mallorca.

Este último es el punto mas conflictivo y que más preocupa a los vecinos. Los planes del patronato del templo incluyen la construcción de un voladizo, que ocupará parte de la calle Mallorca y se alzará a 25 metros de altura, por lo que los vecinos de los pisos altos de los edificios que se encuentran enfrente del templo verán el voladizo a escasos metros de sus ventanas.

“Y lo que se pretende desde el Ayuntamiento es consultar a los vecinos cuando estas obras estén acabadas, por eso ha troceado el pastel”, afirma Itxaso.

AFECTADOS INDIGNADOS

Las críticas también se han dirigido al patronato del templo, “que nunca ha querido reunirse con nosotros”, denuncia Carmen Anta, vecina afectada. “Los políticos, desde 1975 no han hecho nada y esto va a acabar con el tejido vecinal y comercial. Lo único que queremos es que nos dejen vivir en nuestras casas, que fueron construidas de manera legal y las compramos de manera legal. No como el templo”.

Por su parte, Rosa Izquierdo, otra vecina afectada, ha asegurado que en una reciente comparecencia de Ada Colau para responder a los vecinos del barrio, “nosotros nos enteramos de casualidad ya que no nos invitaron”, puntualiza, “parecía que ella no hubiera firmado el acuerdo del pasado mes de octubre con el Patronato, era como si ella no supiera de qué la hablábamos. Tomó muchas notas, pero no aclaró nada”.

Respecto a la responsabilidad y la actitud de los responsables del templo, a los que acusan de no querer reunirse con ellos y de huir de sus responsabilidades, los vecinos afirman: “El templo quiere expandirse, pero antes debería analizar los costes que eso supone para los vecinos. Actualmente ingresan unos 100 millones de euros por las entradas. Y eso les ha permitido acelerar las obras. Además, hay que tener en cuenta que no pagan impuestos, solo el IVA por las tiendas”, afirma Itxaso.

Parte de estas obras son consideradas ilegales por los vecinos / CR



Por otro lado, los vecinos defienden que la intención del Patronato es la de aplicar la política de hechos consumados, aunque ellos defienden que llegarán hasta los tribunales de justicia, si es necesario, para defender sus derechos y evitar que la construcción de la escalinata que quieren hacer en la entrada de la calle Mallorca provoque el derribo de varios edificios de viviendas. Según los vecinos, en total podrían verse afectadas unas 3.000 personas.

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