
Caos circulatorio en el Eixample
Barcelona prohíbe las rutas de borrachera en el Eixample: desde el 1 de junio
El gobierno municipal apuesta por mejorar la convivencia ciudadana y garantizar el respeto al descanso de los vecinos
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El aumento del control del ocio nocturno también ha llegado al Eixample. El Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado que, a partir del 1 de junio, se prohibirá la promoción y organización de rutas etílicas en el distrito.
La medida, que estará vigente durante los próximos dos años, afectará a todas las actividades relacionadas con el consumo de alcohol en el espacio público entre las 19:00 y las 07:00 horas, así como cualquier tipo de publicidad que las fomente, tal y como informó el consistorio en un comunicado.
Por una coexistencia pacífica
El decreto, que fue publicado este viernes en el Boletín Oficial de la Provincia de Barcelona, tiene como objetivo mejorar la convivencia ciudadana y garantizar el respeto al descanso de los vecinos.
Se argumenta que estas rutas etílicas generan molestias debido al elevado volumen de personas en la vía pública durante la noche, lo que afecta tanto a la libre circulación como al bienestar de quienes residen en la zona.
Uno de los puntos más destacados en el comunicado es el reconocimiento de los riesgos asociados al consumo irresponsable de alcohol, que puede derivar en altercados y situaciones de inseguridad en las calles.
En este sentido, se menciona la influencia negativa que estas actividades tienen en las zonas más vulnerables del Eixample, como los ejes verdes, considerados puntos tensionados debido a la alta concentración de personas.
Más turistas, más molestias
Además, la medida responde a la creciente preocupación por la afluencia masiva de turistas en esta área de la ciudad.
Según el consistorio, muchos operadores turísticos han promovido este tipo de actividades que afectan no solo a la imagen de Barcelona, sino también a la calidad de vida de los residentes en el distrito.
Por ello, se busca evitar la promoción de estas rutas, que se consideran incompatibles con el tipo de ciudad que se desea proyectar.
El Eixample se une así al distrito de Ciutat Vella, donde ya está en vigor una normativa similar desde 2012.
Esta medida fue prorrogada hasta 2028 en los últimos meses, con el objetivo de seguir promoviendo un ambiente más respetuoso con los habitantes y visitantes, limitando las prácticas que alteran el orden público y la convivencia.
El consistorio, a través de esta nueva disposición, subraya su compromiso con una Barcelona más tranquila, segura y respetuosa tanto para los residentes como para quienes visitan la ciudad.