La placa de Juan Carlos I ha perdido su trono en el centro de Barcelona. En un acto simbólico con tintes republicanos, el Ayuntamiento ha descubierto este sábado el nombre que ha recuperado la rotonda donde confluyen la Avenida Diagonal y Passeig de Gràcia: Cinc d’Oros. Una plaza que reconquista una placa que le fue arrebatada en 1981 en favor del monarca emérito.
Para entender el origen y simbolismo de su denominación hay que remontarse a los inicios del siglo XX. Entonces, los barceloneses conocían esta confluencia con el nombre de Cinc d’Oros, el mismo que desde este sábado la vuelve a situar en el mapa porque en ese lugar había una rotonda central y cuatro islas alrededor que recordaban la figura del cinco de oros en la tradicional baraja española.
En 1931, cinco años antes de que empezara la Guerra Civil española, se colocó una estatua que rendía homenaje a la República. Una escultura encabezada por la estatua Flama, de Josep Viladomat, y un medallón en la base de Joan Pié, en honor al presidente de la Primera República, Francesc Pi i Margall. Pero apenas se mostró durante ocho años. En 1939, el Ayuntamiento, bajo el régimen franquista, eliminó toda huella republicana en ese emplazamiento transformando la columna en un obelisco militar y encargando una escultura a Frederic Marès con la que recordar el triunfo militar.
Medio siglo después, en 1990, la obra de Viladomat fue trasladada a Llucmajor, ahora conocida como plaza de la República, que precisamente conecta con la recién bautizada plaza del Cinc d’Oros.
Este sábado, el consistorio barcelonés en un acto al que han asistido políticos como el teniente de alcalde Gerardo Pisarello, ha rendido homenaje a la memoria republicana recuperando el nombre original de la plaza que ahora luce dos atriles informativos. Uno, situado delante del Palau Robert; el segundo, en jardinets de Gràcia. Y en ambos, una historia del pasado que vuelve a estar presente.