La decisión del Ayuntamiento de Barcelona de desincentivar la construcción de plazas de aparcamientos para coches en los edificios de protección de nueva construcción ha generado rechazo tanto en los grupos municipales de la oposición, excepto en la CUP, como en buena parte de la ciudadanía.

También el Gremi de Garatges se ha mostrado crítico con la decisión y, sobre todo, con la política que está siguiendo el consistorio presidido por Ada Colau respecto al mundo del coche. En una entrevista al programa La Tarda de Barcelona, de Betevé, el secretario de Gremi de Garatges de Barcelona, Vicente Artigas, asegura que aunque “no sé si existe cochefobia, pero casi todos los días hay titulares que demonizan el coche privado”.

Artigas considera que la reducción de las plazas de parking “no es la mejor medida para reducir el número de coches. El Ayuntamiento siempre ha dicho que los coches deben ir a los aparcamientos”.

Aunque reconoce que la idea del consistorio apenas va a afectar al gremio de los aparcamientos públicos en la ciudad, sí afirma que “hay zonas de la ciudad en la que el coche privado apenas circula, como la plaza de Cataluña o el Paseo de Gracia”. Y añade: “Además, lo que se está viendo es que por mucho que se intente desincentivar el uso del coche, la gente continúa usándolo”.

El Ayuntamiento, en su intento de desincentivar el uso del coche privado en las calles de la ciudad, pretende limitar la construcción de nuevas plazas de aparcamiento. Su propuesta incluye la decisión de construir tan solo una plaza de aparcamiento por cada cuatro viviendas de protección oficial que se construyan. 

Como consecuencia de esta medida, especialistas consideran que comprar una parking en Barcelona es un buen negocio, pues en los próximos años se puede revalorizar.

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