Los estereotipos son fruto del desconocimiento y sobre el islam, no es menos. Las capitales europeas como Barcelona son cosmopolitas debido, en parte, a la diversidad social presente en sus calles. El islam no es nuevo en la ciudad y las personas musulmanas no son todas extranjeras, por eso, más vale tener claros algunos aspectos que, siendo islámicos, se viven en Barcelona.
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LA MUJER QUE VISTE VELO ES SUMISA, ES UN PREJUICIO
El velo más usado en Europa es el hiyab, el pañuelo que cubre el cabello y el escote de la mujer. Si cubre más partes del cuerpo hacemos referencia a otra indumentaria, insignificante en Europa y obligatorio por las constituciones de algunos países como Afganistán, Arabia Saudí y Emiratos Árabes. Países donde gobierna la influencia islámica wahabbita, que es la interpretación más conservadora del islam.
Ubicadas en Europa, ¿ por qué una mujer musulmana usa velo? ¿Lo decide ella? ¿Es impuesto? La gran mayoría de mujeres musulmanas que viven en Barcelona y usan velo, lo hace por voluntad propia. Las causas que justifican su uso son muy variadas: desde la libre interpretación de los textos coránicos, a la tradición cultural que arropa a las mujeres en sus lugares de origen. Significados más profundos son los que reflexionan hoy día las jóvenes europeas y musulmanas. Son ellas las que buscan el sentido de llevar velo por razón de género, de origen o el prejuicio social que se da entre las grupos más conservadores.
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PROHIBIDO COMER CERDO
Halal no es la pureza de alimentos sin más. Halal hace referencia al conjunto de prácticas permitidas por la religión musulmana, es decir, concretamente según dicta la ley islámica, que varía según el país. Halal se considera todo lo que, según las leyes islámicas, es beneficioso para la salud y va desde el modo de aturdir y sacrificar al ganado, que presupone menor sufrimiento a los animales, hasta las relaciones sociales.
Así como existe la idea de permisividad en diferentes ámbitos de la vida islámica, también existe la idea opuesta, lo prohibido, lo haram, que marca lo que se considera dañino para la salud.
El khenzir o haluf - en dariya- como se denomina al cerdo, se considera perjudicial porque, si el animal está enfermo de triquinosis, libera unas toxinas dañinas para el ser humano. Una posibilidad descartada gracias al control sanitario y al cumplimiento de las normas de salubridad a los que se someten todos los procesos de elaboración de alimentos que llegan al mercado. Aún así, el consumo de carne porcina está permitido por las leyes islámicas en el caso de extrema necesidad y si no hubiese otro alimento al alcance para sobrevivir.
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SI TU FAMILIA ES MARROQUÍ, SABES ÁRABE
Otro estereotipo que se desvanece en Barcelona. Ya han pasado 20 años de la primera ola migratoria de personas extranjeras en Catalunya y por tanto, en Barcelona. Una generación que se instaló con hijos pequeños y otros ya nacieron aquí. En familia, hablan el idioma materno, que no es árabe, si no el dariya o dialecto marroquí, el amazigh o lenguas bereberes. En el caso de Marruecos, país de origen mayoritario de la inmigración magrebí en Catalunya, se enseña el árabe clásico, conocido como el fusha. El árabe se usa en la administración pública pero no se emplea a nivel oral por lo que es un error pensar que un joven de origen o familia magrebí, domina el árabe. Si ha nacido o crecido en Barcelona, nunca lo ha estudiado.
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LA YIHAD NO ES LA GUERRA SANTA DEL ISLAM
Comparativa errónea por tiempo y terminología. Solo hay un pretexto coránico de este término que justifica la violencia en sentido militar, en defensa propia del territorio contra la invasión de un ejército. Argumento que, en una sociedad democrática, no tiene cabida. No se puede ejercer violencia contra mujeres, menores, ancianos y enfermos. Yihad es el esfuerzo obligatorio que todo musulmán debe ejercer sobre sí mismo y hacia los demás para ser mejor persona. Desafortunadamente, a principios del s. XXI, un grupo fundamentalista de corte wahabista se ha apoderado del término y comete atentados a nivel global en nombre del islam.
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EL RAMADÁN ES NO COMER
Un mes al año, las personas musulmanas se comprometen a no injerir alimentos ni bebida hasta que asoma la luna, según el calendario islámico. Quienes padecen una enfermedad crónica, niños, ancianos, mujeres embarazadas, con menstruación dolorosa o madres que amamantan están exentos de cumplir con este pilar religioso. Éstas últimas pueden recuperar los días de abstiencia en otro momento del año. La abstinencia religiosa se extiende a malos hábitos, como fumar, beber alcohol o discutir con el prójimo. La continencia musulmana también abarca el terreno más íntimo, como el de no mantener relaciones sexuales hasta la hora de comer, por supuesto, dentro del matrimonio.