Multa de 180 euros a dos concejalas de la CUP de Barcelona, Maria José Lecha y Maria Rovira. Ésta es la petición que ha hecho el fiscal para las dos ediles, presuntamente, por haber lesionado a un agente de la Guàrdia Urbana el 1 de diciembre de 2016 durante una concentración a las puertas de la Ciutat de la Justícia.

En el informe final de la vista, el fiscal ha considerado probado los hechos basándose en el informe forense. Según el fiscal, Lecha y Rovira golpearon al urbano, por lo que también ha pedido que le indemnicen con 245 euros.

Los hechos sucedieron el pasado 1 de diciembre a las puertas del edificio de la Ciutat de la Justícia, donde iba a celebrarse un juicio al entonces concejal de la CUP de Barcelona, Josep Garganté, por unas supuestas coacciones a un médico para que cambiase el informe sobre las lesiones de un mantero. Finalmente, Garganté fue absuelto al retirarse la denuncia.

DOS CONCENTRACIONES DE SIGNO CONTRARIO

La celebración del juicio a Garganté propició que se citasen ante la Ciutat de la Justícia dos concentraciones de signo contrario: la de apoyo al concejal de la CUP --en la que estaban Lecha y Rovira--, y otra del sindicato Csif, del que el guardia urbano supuestamente lesionado, Eugenio Zambrano, es secretario de organización.

Según el relato que ha ofrecido en el juicio el guardia urbano, los concentrados en apoyo a Garganté se dirigieron contra él de forma agresiva y fue en ese momento cuando Lecha y Rovira le dieron "patadas y golpes bajos". Poco después, Rovira volvió a golpearle en las piernas, siempre según su versión.

"No tengo ninguna duda de que fueron ellas", ha asegurado el urbano, que ha explicado que luego el exdiputado de la CUP, David Fernández, medió, y los Mossos d'Esquadra hicieron un cordón policial entre las dos concentraciones, con lo que los altercados no fueron a más.

VERSIONES CONTRARIAS

La versión que han dado las dos acusadas es totalmente contraria. Han negado haber golpeado al denunciante y han explicado que los manifestantes convocados por el Csif les impidieron de forma agresiva que atendiesen a los medios de comunicación sobre la causa contra Garganté.

Los relatos de los testigos también son divergentes y, mientras cinco compañeros del sindicato del denunciante han asegurado que Rovira y Lecha golpearon al urbano, los testigos de la defensa --entre ellos Fernández-- han dicho que en ningún momento se produjeron esas supuestas agresiones.

El abogado del denunciante ha resaltado en su informe "la actitud agresiva" de las dos acusadas y ha pedido una multa de 900 euros y 2000 euros de indemnización, mientras que la acusación popular eleva la reclamación de multa a los 2.700 euros y pide también una orden de alejamiento. La defensa ha reclamado la libre absolución.

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