Reducir la contaminación a los niveles que marca la Organización Mundial de la Salud (OMS) evitaría unos 250 muertes prematuras al año en Barcelona. Éste es el principal dato que arroja un estudio de la Agencia de Salut Pública de Barcelona (ASPB). El informe asegura que también se rebajarían en unos 1.500 los ingresos hospitalarios por enfermedades respiratorias y problemas cardiovasculares provocados por la contaminación.

La OMS establece en 40 ug/m3 diarios los niveles máximos de dióxido de nitrógeno (NO2) que se pueden respirar, mientras que recomienda no respirar más de 10 ug/m3 diarios de partículas en suspensión PM2.5. Según la ASPB estos niveles se superan casi todos los días del año en la capital catalana, a excepción de los fines de semana, por la reducción del tráfico.

La conclusión es que al estar por encima de estos niveles se han producido cada año en Barcelona unos 250 fallecimientos prematuros. De manera desglosada, el dióxido de nitrógeno causa, cuando se superen los niveles que dicta la OMS, 90 muertes al año en la ciudad, y respirar más partículas en suspensión de lo recomendado, provoca alrededor de 160 decesos, según los datos presentados por el Ayuntamiento de Barcelona.

DATOS DE 10 AÑOS

El estudio analiza los datos reales recogidos en once estaciones medioambientales de Barcelona entre 2006 y 2016. Y estos datos se han cruzado con las cifras de mortalidad, ingresos hospitalarios y visitas a los servicios de urgencias de los residentes y con variables como la temperatura el dia de la semana o la estacionalidad. La fiabiliad del estudio se establece en un 95%.

La investigación dice que el impacto de la contaminación en Barcelona sobre la salud es "más importante por la exposición prolongada" que durante los denominados "episodios de contaminación máxima". Sin embargo, estos episodios cortos también tienen un impacto muy negativo en la salud. En febrero del 2016, por ejemplo, un episodio de cuatro días de partículas PM10 provocó un 40% más de muertes prematuras que las que se produjeron otros días de la misma semana sin tanta contaminación.

La teniente de alcalde, Janet Sanz afirma que la intención de Barcelona es que dentro de 15 años, la contaminación se haya reducido en Barcelona un 30%. En esta línea, el Ayuntamiento pone en marcha a partir de este viernes restricciones en el tráfico los días que haya niveles altos de contaminación. Los vehículos que no puedan circular y no acaten las restricciones serán multados.

Esta medida afectará a los coches que no tengan la etiqueta ambiental enviada por la Dirección General de Tráfico (Cero, Eco, C y B) y que son los turismos de gasolina anteriores al 2000 y los diésel matriculados antes del 2006. Dentro de dos años y un mes, en 2020, las restricciones a estos turismos se aplicarán de lunes a viernes.  

 

 



 

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