Menos días que en las otras ediciones (solo cuatro), el precio de la entrada más económico (seis euros), sin hinchables ni toboganes, y sin el ejército y la Guàrdia Urbana. Son algunas de las novedades de La Ciudad de los Sueños, el renovado Festival de la Infancia que han impulsado el Ayuntamiento de Barcelona y la Fira Barcelona. Bajo el lema “¿Qué quieres ser de mayor?” los niños y niñas de entre 4 a 12 años podrán jugar a ser lo que quieran en esta ciudad efímera: camareros, médicos, periodistas, mecánicos o arquitectos. La feria navideña descubre a los más pequeños 80 oficios, a través de las cien actividades educativas que empresas y entidades han organizado.
El antiguo Festival de la Infancia, configurado como un espacio de ocio y diversión, deja paso a un salón "orientado hacia hilos pedagógicos, donde enseñar oficios y diferentes profesiones" tras las demandas de "muchos actores que pedían una actualización", ha explicado la alcaldesa Ada Colau este miércoles en la inauguración.
En esta ciudad que desaparecerá el 30 de diciembre, padres y niños pasearán por un espacio que cuenta con 23 equipamientos propios de una metrópoli como un hospital, un polideportivo, un ayuntamiento, incluso un plató de televisión, con sus correspondientes profesiones.
Algunas de las actividades de ese nuevo salón están enfocadas al ámbito rural, como por ejemplo, un taller que enseña a muñir una vaca. “¿De dónde sale la leche?”, pregunta la organizadora a los niños. “¡De la vaca!”, responde uno con el brazo levantado. Otras actividades, sin embargo, miran hacia el futuro tecnológico y el mundo virtual. “Les mostramos a los niños cómo hacer que sus vídeos de Instagram no pululen por la red o cómo proteger sus contraseñas”, cuenta el encargado del taller de Ciberseguridad a Metrópoli Abierta.
Se trata de una ciudad donde tampoco falta la cultura en el escenario, ni el equipo de fútbol en su campo ni las basuras correspondientes para el reciclaje en todas las “calles”. Eso sí, se trata de una ciudad sin ley, pues quienes no tienen presencia en este salón de las profesiones son el ejército, las policías y otras fuerzas de seguridad como los bomberos, pues, según Colau, "muchos actores pedagógicos de la ciudad histórica pedían que se separarán de estos espacios".
"Hay muchos espacios para que puedan estar representados el ejército o la policía", ha añadido la alcaldesa, "pero pedían que en el Festival de la Infancia, que está dirigido a niños pequeños, no hubiera esa presencia". En este sentido, ha querido resaltar que se ha dado especial atención a los temas de género, con el fin de intentar evitar discriminación. Según Colau, "los temas de género y violencia machista se deben combatir desde que los niños son pequeños a través de la educación".
ALGUNOS ASISTENTES, DESCONTENTOS
A varios asistentes a quienes ha entrevistado Metrópoli Abierta les gusta la idea de la ciudad de las profesiones, pero consideran que “este año el festival es más soso” y que “un solo pabellón se queda pequeño”. En esta misma línea, echan en falta algunos circuitos más dinámicos. De hecho, las actividades que acumulan más colas son aquellas que tienen a ver con la actividad deportiva: por ejemplo, la zona de escalada o un circuito con monopatines y bicicletas.
La alcaldesa ha resaltado que se trata de un "año de transición y experimentación para ir reafirmando la apuesta por un nuevo modelo". Hasta el próximo sábado, en horario de diez de la mañana a ocho de la noche, se espera la llegada de unos 20.000 visitantes, que podrán disfrutar de esta ciudad en la que cada uno es lo que sueña ser.