No es una broma. El proyecto que promueve que las provincias de Barcelona y Tarragona fs segregen de Catalunya y formen una nueva comunidad autónoma española -que se llamaría Tabarnia- ha empezado a asentarse con solidez en solo dos días. Después del explosivo éxito de la propuesta en redes sociales cosechado desde el día de Sant Esteve (cuando el hashtag #tabarnia llegó a ser Trending Topic mundial) el globo no se ha deshinchado. Al contrario, la actividad digital entorno a esta idea continúa siendo frenética. La página change.org ya ha recogido unas 160.000 firmas a favor de la iniciativa (el martes tenía menos de 15.000) y sus impulsores están empezando a cimentar una estructura orgánica que vaya más allá de las redes sociales.

Todo lo relacionado con Tabarnia es un hervidero que tiene desbordados a sus primigenios promotores. “Pensábamos que el proyecto podría atraer a mucha gente, pero no teníamos previsto que se hiciera en tan poco tiempo”, ha explicado Alan Moreno, uno de los portavoces. En las últimas horas se han creado varios grupos de WhatsApp territoriales (por comarcas o ciudades), a los que se han agregado centenares de personas en pocos minutos, y otros generales y de coordinación. Idéntico procedimiento se está implantando, aunque con algo más de lentitud, en Telegram. En Facebook y Twitter ya funcionan a toda máquina desde el martes grupos y nuevas comunidades virtuales (una con más de 200.000 seguidores).

El primer día de trabajo virtual en las bases de Tabarnia ha sido duro. Los primerizos grupos de WhatApp -a los que solo podía accederse por invitación- se han convertido en el objetivo de hordas de trols independentistas que se han colado en ellos y han hecho lo indecible para sabotearlos: han cambiándoles el icono del escudo (que aúna la bandera de Tarragona y la de Barcelona) por fotos de Puigdemont o esteladas, han cambiado incluso el nombre al grupo por soflamas indepes o simplemente han aprovechando la confusión para insultar y descalificar al personal. La entrada de indeseables ha obligado a los administradores de los grupos a ponerse las pilas, para identificar y expulsar a los intrusos, y a aumentar las medidas de seguridad de las puertas de entrada al proyecto, con nuevos links y más filtros.

EMBRIÓN DE GRUPO POLÍTICO

En paralelo a la organización telemática, Tabarnia también ha empezado a asentarse de forma física. Así, se ha formalizado el primer embrión de “grupo político”, con el objetivo de oficializar en breve la iniciativa y dotarla de cobertura legal. Hasta ahora, y pese al revuelto montado, los impulsores de la futura comunidad autonóma tabarnesa no han recibido llamadas de ningún partido político “pero esperamos que pronto se den cuenta de que Tabarnia es un proyecto que va en serio y se comuniquen con nosotros”, ha indicado el portavoz del grupo. Si los siguen infravalorando, tampoco pasa nada. “Si hace falta nos presentaremos a las elecciones”, (se deduce que a las municipales del 2019) ha avanzado Alan Moreno.

La primera prueba de fuego a la que va a enfrentarse el movimiento segregacionista la va a tener que pasar el próximo 20 de enero. Para ese día, Tabarnia ha convocado una manifestación de seguidores a las 12:00 horas en la plaza de Catalunya, en Barcelona. Inicialmente, y antes de que el fenómeno alcanzara estas desproporciondas dimensiones, se había organizado un encuentro de simpatizantes para el día 13 de enero (el sábado anterior a la concentración) pero el aluvión de peticiones vía Facebook y de confirmaciones de asistencia al evento ha hecho preferible aplazarlo.

Cartel de la convocatoria a la manifestación a favor de Tabarnia del próximo 20 de enero



La primer ejecutiva de Tabarnia todavía no tiene demasiado definidos los objetivos políticos a corto o largo plazo, pero uno de las proclamas irrenunciables es “poner urnas y poder votar de forma completamente legal”, por la creación de la comunidad autónoma de Tabarnia, ha explicado Moreno. De hecho, la Constitución Española (a través de su artículo 143 y siguientes) prevé que una provincia o un grupo de municipios en unas circunstancias concretas puedan convertirse “legalmente” en autonomía. En la organización hay quien piensa que este hipotético referéndum para la segregación de Catalunya podría convocarse incluso durante el año 2018. Pero no hay nada cerrado. Todavía.

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