A pesar de la lluvia, unas 8.000 personas, según la Guardia Urbana, han participado en la manifestación convocada este sábado en Barcelona “en defensa del modelo de inmersión lingüística en la escuela catalana”. La convocatoria ha sido apoyada por sindicatos educativos, Òmnium Cultural, la Asamblea Nacional de Catalunya y la mayoría de partidos políticos.
Miembros de la comunidad educativa catalana, amparada por las plataformas Som Escola, FAPAC y USTEC-STE, así como por los sindicatos mayoritarios de maestros, se han manifestado según sus palabras “contra los ataques del Gobierno español y en defensa de la escuela catalana y la inmersión lingüística”.
Bajo el lema ‘La escuela catalana democrática y cohesionadora no tiene miedo’, una cuarentena de entidades de la comunidad educativa se han dado cita en el paseo de Gràcia con ronda de Sant Pere, para desde allí marchar hasta Arc de Triomf, donde se ha efectuado el acto final.
En la cabecera de la manifestación se han dejado ver Marcel Mauri de Ómnium Cultural, Agustí Alcoberro de la ANC y el presidente del Parlament, Roger Torrent. Mauri ha declarado que “estamos aquí de forma unitaria y transversal para luchar ante todos por los ataques del 155. Este modelo de éxito y cohesión es garantía de un país que queremos que siga siendo un solo pueblo”.
El colectivo docente ha querido denunciar, sobre todo, “la persecución que sufren los maestros, a los que acusan de adoctrinamiento”, ha dicho Ramon Font, portavoz del USTEC. “¡Nosotros no adoctrinamos, lo que querrían es que adoctrinásemos! Se ha denunciado al profesorado por delitos de odio. El fantasma de la casilla del castellano sería un desastre porque segregaría el alumnado por opciones lingüísticas. Esto sería un desastre pedagógico”.
La manifestación se ha producido semanas después de que el Gobierno central mostrara la voluntad de introducir la opción lingüística en la preinscripción escolar en Catalunya, lo que provocó el rechazo de parte de la comunidad educativa catalana. Los convocados han llamado a la gente a salir a la calle para defender el ‘éxito’ del modelo de inmersión lingüística en las escuelas.