El Zoo de Barcelona quiere encaminar su futuro hacia la protección de las especies mediterráneas y de aquellas que están en vías de extinción. Este es el plan estratégico que los responsables de la instalación han presentado al patronato de la Fundación Barcelona Zoo, que deberá decidir si acepta el nuevo rumbo que toma la instalación o no.
El proyecto, que preve una inversión global de 64,4 millones de euros hasta 2031, a los que hay que sumar otros 7,5 millones para mejora de las instalaciones, servirá para darle un giro al Zoo, que pasará a ser primordialmente un centro de conservación más que un cetro de exhibición. Por ello, algunas de las 300 especies que en la actualidad comparten instalación se quedarán en unas 200. A largo plazo, el Zoo dejará de albergar especies que no sean autóctonas de zonas con clima mediaterráneo, o que no estén en peligro de extinción o que no formen parte de un programa de conservación en el que el Zoo este inmerso.
El director del Zoo, Antoni Alarcón, a insistido en que “este es un nuevo modelo que sale del propio zoo para los próximos años y que nos puede llevar a ser uno de los zoos pioneros del mundo por dos motivos: porque queremos ser un centro de conservación de la biodiversidad, y porque queremos que se dedique muy prioritariamente a la fauna de los ecosistemas mediterráneos”.
EJES BÁSICOS
El proyecto que el Zoo quiere desarrollar se basa en tres ejes: “Más de un tercio de las instalaciones se dedicarán al biodiversidad del mediterráneo, se finalizará el proyecto de la sabana del Sahel, de la que hemos acabado la primera fase, y se está construyendo la segunda, y se harán otras instalaciones, como por ejemplo una dedicada a Madagascar”, ha afirmado Alarcón.
El plan estratégico también contempla la puesta en marcha de un centro de biodiversidad marina, para “profundizar en los problemas que tiene el litoral mediterráneo, tanto en lo que se refiere a la fauna como al fondo marino”, ha dicho el director de la instalación, que también ha confirmado que el zoo también pretende dedicar sus esfuerzos a la conservación de los invertebrados.
Respecto al futuro de las especies que se encuentran en el Zoo pero que no tienen lugar en la futura instalación, Alarcón ha asegurado que este es un proyecto a largo plazo, por lo que las especies no desaparecerán de hoy para mañana, aunque se busca un nuevo lugar para algunas de ellas, como los delfines (la última información sobre los delfines señala que de los seis que había ya solo quedan cuatro, los otros dos se encuentran en Valencia), los osos, los camellos, las focas (dos acaban de partir rumbo a un zoo de Hungría) o algunos grandes felinos, que no serán sustituidos, aunque sí permanecerán especies como las tres elefantas que tiene el recinto, o las jirafas del Sahel, que están en peligro de extinción.
COLABORACIÓN
Para proteger la fauna mediterránea, se potenciará la conservación del tritón del Montseny, la nutria del Besós o las ballenas rorcuales que transitan en el mediterráneo en el triángulo formado por las costas de Catalunya, Baleares y la Comunidad Valenciana. Alarcón también ha anunciado que promoverán una mayor colaboración con instituciones e investigadores externos, además de con ONG's que se dediquen la conservación de los animales “ya que todos debemos trabajar en la misma línea si queremos recuperar nuestra fauna”.