Dar prioridad a los peatones y reducir la presencia del coche en Barcelona, allí donde se pueda, es una de las prioridades del gobierno de Ada Colau. Si este martes, el Ayuntamiento inicia las obras para reformar la avenida del Príncep d'Astúries, en los distritos de Gràcia y Sarrà-Sant Gervasi, la alcaldesa plantea ahora llevar a cabo una operación similar en la calle de Pi i Margall, uno de los principales ejes de Gràcia.

El proyecto municipal prevé convertir la calle en un corredor verde, con más árboles y más espacio para los peatones. La vía tiene 30 metros de ancho y la idea es incrementar la aceras hasta un 35% del total. La actuación afectará a 20.585 metros cuadrados y tendrá un presupuesto de 7,5 millones. La obra está prevista que se inicie a mediados del 2019, cuando se harán las elecciones municipales, y acabará un año después.

Según el consistorio, Pi i Margall es uno de los corredores verdes de la ciudad que desembocan en Collserola. Por esta razón, la propuesta urbanística plantea ganar más espacio en la parte de montaña de la calle, donde se acumularían las nuevas zonas verdes. El plan prevé convertir todas las esquinas, que permite el diseño diagonal de Pi i Margall, del lado de montaña en plazas trinangulares.

La calle de Pi i Margall, ahora y tras la reforma



La transformación dejará dos carriles de circulación en la vía, uno para cada sentido de circulación, tanto para el vehículo privado como para el transporte público. El Ayuntamiento dice que no variarán las zonas de servicios --aparcamientos para coches y motos y espacios para carga y descarga--, y el carril de bici existente se desplazará junto a la acera y tendrá un único sentido de circulación: de subida. El carril bici de bajada se suprimirá. 

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