Iba yo en mi moto por la Gran Vía de Barcelona, dirección Besós, cuando, a punto de negociar la plaza Tetuán, me pareció ver algo escrito, a mi izquierda, en medio de un edificio. Como soy un letraherido, no pude por menos que aminorar la marcha e intentar leer lo que ponía en el anuncio, casi a toro pasado. Lo que intuí visualmente era una frase corta, como un haiku japonés, que leí rápido antes de afrontar el paseo Sant Joan.

Ahora no recuerdo exactamente aquella sentencia, pero sí que me hizo pensar mientras seguía conduciendo la moto. Me pareció profunda, de aquellas que no se apartan de uno hasta que crees haberla comprendido. En suma, que no me dejó indiferente.

Desde entonces, siempre que pasaba por allí ya me preparaba para echar una ojeada y poder descubrir cuál era la frase de la semana. Hasta que me dije que no podía seguir así, que tenía que pararme un día y subir al piso donde se colgaban aquellas palabras cargadas de talento, pensando que se trataba de un ciudadano culto, o con veleidades literarias, que aprovechaba la terraza para compartir sus ideas con los conciudadanos. Pero resultó que no era un vecino, sino la sede de una editorial con un nombre curioso, cinematográfico y latino: Malpaso.

¿POR QUÉ MALPASO?

“Era 2013, en plena crisis, y los fundadores de la editorial decidieron ponerle ese nombre precisamente para reafirmar su idea de que las crisis son oportunidades para hacer algo diferente, y que crear puede incluir también dar un mal paso para seguir adelante”, explica José Monfort, responsable de comunicación de Malpaso, una editorial que decidieron que naciese en el peor momento económico. “Ellos dicen que los tiempos eran difíciles, pero que precisamente confiaban en que acabarían triunfando porque nacía del corazón, de las ganas y de la ilusión”.

El tiempo le ha dado la razón a la editorial dirigida por Bernardo Domínguez. Fundada con capitales mexicanos, con sede en Barcelona y espíritu global, Malpaso se ha convertido en menos de cinco años en un grupo editorial que no deja de crecer, sobre todo porque no para de tener ideas y de ponerlas en práctica.

La otra cara del anuncio: así se colocan las letras de la frase de la semana / MIKI



“En los últimos tiempos hemos ampliado el espectro, porque seguimos teniendo el ansia de abrirnos a más lectores. Hemos incorporado pequeñas editoriales para unir sinergias y abarcar más ámbitos”, explica Monfort. “Formamos una gran familia editorial, con sede central en Barcelona y delegaciones en México y Argentina. Éstas se centran más en su zona geográfica, pero el espíritu de la editorial es global.”

FIDELIZAR AL LECTOR

Malpaso ha incorporado últimamente a su catalogo los sellos Libros del Lince (ensayos de actualidad), Dibbuks (cómics y novela gráfica), Salto de Página (talentos emergentes) o Biblioteca Nueva (historia, temas universitarios). El último ha sido la centenaria editorial mexicana Jus. El catálogo de obras se ha multiplicado exponencialmente, pasando de editar 14 títulos en 2014, a 45 en 2015, hasta llegar a los 190 de la actualidad.

“Hay una cosa que nos distingue, y que fue el punto central del nacimiento de Malpaso: fidelizar al lector, intentar que se integrase en nuestra 'familia' y que pudiera disfrutar de lo que le ofrecemos”, añade Montfort. “Además, regalamos la versión electrónica del libro que se compra. Sólo hay que firmar la página 3 y mandarnos la foto. Se lo enviamos de vuelta, a su domicilio, gratis”.

Una frase que da para pensar... / MIKI



Malpaso se esfuerza en esa idea de hacer de la literatura una cosa amplia, de que sus lectores se conozcan y se reconozcan con la editorial, más allá de vender libros y de ganar dinero -que también. De ahí que, por ejemplo, sus presentaciones sean sonadas. Los autores no se limitan a la típica rueda de prensa, sino que intervienen en actos en los que los lectores (existe el Club Malpaso) participan activamente y pueden conocer más de cerca a los autores. Además, hay sorteos, regalos, detalles...

Otra cosa que cuida Malpaso es el propio libro. “Queremos que sea un objeto a conservar. Diría que incluso hasta más por el continente que por el contenido”, arguye Monfort. “Comprar, leer y guardar. Siempre desde un punto de vista humanista, rescatar obras fundamentales y autores olvidados. Nuestros libros son para 'heavy readers', no son superfluos. Publicamos libros de calidad, que duren, que valga la pena tener en casa”.

...y una frase que hace reflexionar / MIKI



A todo esto, nos hemos olvidado de por qué acabé en la sede de Malpaso: el anuncio en la Gran Via. Pregunto el porqué.

“Nos interesa todo lo que pueda dar un espíritu crítico, que la gente se emocione pero también que piense a partir de esas frases. Creemos que es nuestra obligación moral para con el barcelonés de a pie, para que se pare, lea, reflexione... y haga una foto”, resume Monfort. “Queremos animar las conversaciones con frases elegidas de grandes autores, que sean contundentes, política y socialmente. Que el ciudadano sea crítico y se posicione”.

Le pregunto, por último, por la frase que más sensación ha causado (se pueden ver todas en #malpasodice), la que más resonancia le llegó a Malpaso.

“No dejes que el mismo perro te muerda dos veces”, de Chuck Berry, uno de los grandes del rock and roll. Lo pusieron el día que murió, y le desearon un 'buen viaje'. Aquel día, Malpaso lo petó.

Un banco personalizado para quienes aman la lectura / MIKI



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