Los Mossos d'Esquadra no saben cuándo podrán empezar a usar las pistolas Taser en Barcelona. La policía autonómica compró, a finales del año pasado, 134 de estas polémicas armas eléctricas, y estaba previsto que el despliegue se iniciara por Girona en enero y llegara a Barcelona esta primavera. Pero la paralización política que vive la Generalitat desde hace meses ha dejado en vía muerta la autorización para que los agentes puedan a empezar a usar las Taser.

El permiso para que los agentes puedan llevar esta pistola eléctrica lo debe dar la Comisión de Videovigilancia de Catalunya y por ahora no hay fecha para que se reúna, afirman fuentes del Departamento de Interior de la Generalitat. Los Mossos dicen que la documentación para la comisión ya está preparada y que una vez que hayan recibido el visto bueno del citado organismo se podrá empezar a usar las Taser en Girona, como estaba previsto, y después en el resto del territorio catalán, incluido Barcelona. Es decir, en el mejor de los casos, el uso no se generalizará hasta dentro de unos meses.

DESFIBRILADOR Y CÁMARA

El uso de las pistolas Taser por parte de los Mossos comportará un protocolo de actuación para los policías, que también deberán llevar un desfibrilador y una cámara en el pecho que grabe la invervención. La cámara se activará cuando se desenfunde la pistola eléctrica, que es de color amarillo, para que se pueda distinguir fácilmente de las pistolas de fuego. Los agentes deberán hacer un curso de formación para poder utilizar este arma.

Las Taser no son armas letales, pero pueden matar. La descarga es de unos 50.000 voltios. Sólo en Estados Unidos, entre 2001 y 2015, murieron 500 personas por el uso de este arma. Uno de los muertos, tristemente célebre, fue el exfutbolista de la Real Sociedad, Dalian Atkinson, tras ser disparado por la policía en agosto del 2016 en Telford, junto a la casa de su padre.

El Parlament de Catalunya aprobó, el 6 de julio de 2016, el uso del arma por parte de los Mossos, una histórica reivindicación de los mandos y sindicatos policiales, para poder practicar reducciones complejas. El Parlament acordó que las armas se puedan usar en situaciones de alto riesgo, también contra personas alteradas y/o violentas, personas bajo los efectos del alcohol y las drogas e, incluso, contra enfermos mentales.

Agentes de los Mossos durante una actuación en las calles de Barcelona / HUGO FERNÁNDEZ



Una de las instituciones que más ha discrepado sobre el uso de las pistolas Taser ha sido el síndic de greuges de Catalunya, Rafael Ribó. El adjunto al síndic, Jaume Saura, dijo a Metrópoli Abierta que los agentes deben recibir la formación necesaria y reclamó que se pueda hacer un seguimiento de todos los usos que se hagan de estas armas. El síndic no ve con buenos ojos que las armas "se puedan utilizar contra personas vulnerables, como mujeres embarazadas, enfermos mentales o personas que tengan alteradas sus capacidades por la bebida o las drogas", afirmó el adjunto al defensor.

De momento no está previsto que el Ayuntamiento de Barcelona dote a la Guàrdia Urbana con pistolas Taser pese a que distintos sindicatos del cuerpo, como la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) y el Sindicato de Agentes de la Policía Local (SAPOL) han reclamado que este arma sería muy útil para los agentes en peleas como la que se vivió hace unas semanas a machetazos en el Raval.

El secretario de Organización del CSIF, Eugenio Zambrano, critica la falta de material y de formación de la Guàrdia Urbana. "En ocasiones, somos el cuerpo que llega primero a los puntos de conflicto sin disponer de las armas necesarias". La falta de armas y de formación entre la policía local barcelonesa es especialmente preocupante. Los agentes ni siquiera tienen subfusiles ni reciben formación antiterrorista. Las prácticas de tiro se limitan a una o dos veces al año. 

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