Enciendes el cigarro, aspiras el humo y cuando lo acabas tiras la colilla al suelo. Esta práctica tan habitual entre la mayoría de fumadores tiene su cara oculta. ¿Qué pasa con los filtros tras lanzarlos en la calle? Muchos son recogidos por los servicios de limpieza de la ciudad, pero otros tantos acaban en las alcantarillas.
Es por ello que un grupo de entidades se han juntado para batir el récord mundial de recogida de colillas en Barcelona y, de paso, denunciar el daño medio ambiental que provocan. Para ello, esperan recoger más de un millón de filtros, cifra para la que se requieren más de mil voluntarios.
Participar es muy simple, sólo has de presentarte el próximo 7 de julio en la playa de la Barceloneta, con una botella o garrafa -en la que meter las colillas recogidas- y un guante. Varias entidades se han sumado ya a la recogida, como la ong WWF, la última en apuntarse.
Los organizadores calculan que en una botella de plástico de dos litros caben alrededor de mil colillas y que se puede rellenar en hora y media de recogida.
Aunque pueda parecer una nimiedad el efecto de lanzar las colillas al suelo, una colilla contamina hasta 50 litros de agua dulce o 10 litros de agua salada. También son la primera causa de incendios y se calcula que tardan una década en desaparecer.
En la página de Facebook del evento por ahora hay más de 400 personas inscritas y también se puede un vídeo, en el que se ve como las colillas se acaban acumulando en cualquier resquicio por el que se pueden colar, como este conducto al lado de la entrada de la calle Balmes con Roselló a la estación de FGC de Provença.