Al final no se ha llegado al millón, sino a poco más de una cuarta parte, pero la ilusión ha sido la misma para el grupo de voluntariosos voluntarios que han recogido este sábado más de 270.000 colillas en las calles y playas de Barcelona.

Ha sido la segunda edición de la 'recogida masiva de colillas' en la ciudad, organizada por Proartso -que realiza esculturas a partir de material reciclado- en asociación con la plataforma barcelonesa 'No Más Colillas en el Suelo'.

Durante todo el día, un centenar de dichos voluntarios se han encargado de recoger los restos de los cigarrillos para denunciar, con su ejemplo, el incivismo que caratcerioza a la mayoría de los fumadores barceloneses, los que tiran el 'pucho' donde sea y donde caiga -preferentemente en los alcorques de los árboles.

APOYO MUNICIPAL

La iniciativa reivindicativa ha contado con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona. El comisionado de Ecología, Frederic Ximeno, ha valorado positivamente la acción y ha animado "a seguir organizando este tipo de eventos".

Una vez agrupada la suciedad, la asociación Proartso ha creado la llamada 'Montaña de la Vergüenza', con la que tenían previsto erigir una escultura provisional con el material reciclado cerca del lugar del encuentro de los anti-colilleros: 'L'Estel Ferit', en plena playa de La Barceloneta.

La nueva estructura se podrá visitar en diferente museos a partir de 2019.

IMPORTANCIA DEL RECICLAJE

"Ha sido la recogida de colillas más grande de la historia", ha dicho, pese al semi-fracaso de la iniciativa, Miquel Garau, fundador de la asociación 'anticolilla'. Desde cerca de las 10 de la mañana, se han organizado batidas de grupos de voluntarios que han recorrido las calles y las playas de Barcelona, recogiendo colillas y depositándolas en botellas de plástico. 

Recuento en plena playa del 'arsenal' de colillas / HUGO FERNÁNDEZ

Recuento en plena playa del 'arsenal' de colillas / HUGO FERNÁNDEZ

La actividad promocionada por Garau ha sido simultánea en otros países del mundo como Colombia, Argentina o Ecuador.

En el Espigón del Gas de la playa de La Barceloneta, los organizadores han juntado el 'botín' recogido bajo un sol de justicia y han hecho recuento. El objetivo principal era llegar al millón de colillas, para que tuviese mayor eco internacional, pero se han quedado en esas algo más de 270.000. A pesar de todo, han superado la cifra de la primera edición, cuando recolectaron unas 80.000.

Lo que uno se pregunta es: ¿Y cómo las han contado?

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