Una banda italiana la lía en plaza Catalunya bajo la lluvia

Da igual que haga frío o calor. Que sea primavera u otoño.... Las vacaciones son las vacaciones, y punto. Así lo ha considerado esta banda de música italiana procedente de Bérgamo. Con ganas de fiesta, se han armado con sus instrumentos y su característica indumentaria, y se han plantado en plaza Catalunya pese a la lluvia. ¿El objetivo? Liar un buen escándalo y disfrutar al máximo de su estancia en Barcelona.

Otros turistas que paseaban por la zona y locales que iban al trabajo han quedado estupefactos ante tal escena que parecía propia del Ejército o de feria de pueblo. Algunos no han podido evitar frenar un segundo y grabar la escena que parecía improvisada.

LA GUÀRDIA URBANA SE PONE SERIA

Sin embargo, el jolgorio no ha durado demasiado. Tras un par de canciones ha llegado la Guàrdia Urbana al lugar del show y les ha obligado a parar. No obstante, el subidón estaba en pleno apogeo y los músicos italianos se han empecinado en tocar el himno de su país: Il Canto degli Italiani. Los agentes han subido el tono y han insistido: la banda tenía que abandonar el lugar. Ha sido entonces cuando los miembros han intentado tomarse una foto de grupo junto con los agentes de la policía municipal. Ellos se han negado y han alzado la voz para conseguir que desalojaran el espacio.

Este tipo de escenas son frecuentes en Barcelona, considerado como un destino turístico en el que los extranjeros pueden hacer aquello que no les es permitido en su país natal. España se ha convertido internacionalmente en el país idóneo para disfrutar del buen tiempo y de la sangría, y de salir y liarla con impunidad. Pero algunas ciudades han dicho basta.

Madrid, Salamanca, Mojácar, Logroño, Tossa de Mar y Tarifa han prohibido, por ejemplo, las despedidas de solteros. No es el caso de Barcelona, que se ha convertido en una de las capitales europeas con más despedidas. La ciudad hoy sigue apostando por sus medidas de “contención”, es decir, la acción de la Guàrdia Urbana, que a veces puede poner límites a los turistas, mientras que en otros casos es más complicado.