Una vez finalizado el año 2018, la Fundació Arrels ha hecho balance de su labor en Barcelona y ha alertado del aumento de personas atendidas, que si se cuenta desde hace cinco años ha crecido un 72 %. Sólo en 2018 la cifra ha subido un 23 % respecto al ejercicio anterior, por lo que la entidad alerta de la creciente dificultad para acceder a una vivienda asequible.
De los atendidos por la Fundació Arrels durante 2018, un millar de personas se dirigían a la entidad por primera vez para pedir ayuda o consejo. Arrels les atiende de diferentes maneras: visitándolas directamente en la calle, ofreciendo servicios básicos como una ducha o un sitio estable para guardar sus pertenencias, garantizando alojamiento, escuchándolas y orientándolas sobre los recursos que existen en Barcelona donde también pueden encontrar ayuda, etc.
SINTECHOS
En la calle han visitado a 525 personas, sobre una población de como mínimo un millar de personas que duermen al raso, según su último recuento. "Son personas con una situación de calle cronificada", señala la entidad en un comunicado, y añade que por este motivo se las visita más veces, para "saber cómo se encuentran, qué necesitan y generar lazos de confianza que permitan transformar esta situación".
Arrels denunció este año que dormir en la calle acorta la vida más de 20 años y, a falta de datos actualizados, en noviembre habían fallecido ya 46 personas sintecho en Barcelona.
En total, 237 personas se han beneficiado de opciones de alojamiento gracias a la Fundació Arrels, que denuncia que en la última década ha aumentado un 45 % el número de personas que duermen en la calle y que paralelamente ha empeorado las condiciones para el acceso a una vivienda asequible, lo que ha intensificado el problema del sinhogarismo.
PISOS DE AYUDA
Arrels ayuda a los sintecho con pisos individuales y compartidos -que acogen a más de la mitad de estos-, el hogar residencial Pere Barnés -personas con salud frágil-, habitaciones de alquiler y dos espacios de baja exigencia que se han consolidado este año.
Por el centro abierto, que ofrece un espacio con servicios básicos y resguardo, han pasado 1.941 personas en 2018, de los que más de la mitad han utilizado el ropero y 843, el servicio de duchas, y en muchos casos se trata de servicios higiénicos puntuales a personas que están tramitando el acceso a los centros municipales.
Para llevar a cabo su labor, Arrels cuenta con la colaboración de 387 voluntarios, además de 4.703 personas y 254 empresas socias y donantes que financian la ayuda que ofrecen a las personas sintecho.