La incapacidad del Ayuntamiento en materia de vivienda es absoluta. El pasado mes de diciembre la cifra de familias que esperaban un piso de emergencia social alcanzaba las 430. Lejos de descender, este número ha crecido hasta en 10 familias más ante la pasividad del consistorio.

Pese a que el concejal de Vivienda, Josep Maria Montaner, ha explicado que el gobierno de Colau tiene como “objetivo prioritario” la reducción de la lista de espera, la realidad está muy lejos de la palabra. El número de familias en espera no ha disminuido.

BALONES FUERA

Montaner ha echado balones fuera culpabilizando a la Generalitat de la situación que se está viviendo en la capital catalana, argumentando que “no invierte al nivel requerido” teniendo en cuenta que el Consorcio de Vivienda de Barcelona está financiado en un 60% por la Generalitat y un 40% por el Ayuntamiento.

LA MÁSCARA DE LA PEDAGOGÍA

Lejos de adoptar medidas efectivas para reducir el actual listado donde más de 400 familias se encuentran en situación de emergencia habitacional, el consistorio de Colau ha optado por salir del paso mediante una campaña de difusión de la ley y derechos de los ciudadanos en materia de vivienda, mientras que la lista de espera no deja de ir a más.

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